La fase de ascenso a Segunda División carece de secretos para el doctor José Antonio Rubio, jefe de los servicios médicos del Alcoyano durante 23 años. El reputado traumatólogo alicantino ha vivido en primera persona los 5 últimos play-off, entre 2006 y 20012, una experiencia plasmada en un complejo y pormenorizado análisis estadístico convertido en todo un referente y un elemento de consulta esencial.

En la actualidad hay editados 10 tomos, todos por cuenta del autor, pero en un futuro próximo está previsto que vean la luz los 8 restantes. «Quiero que estén todos en el club», explica Rubio orgulloso de su trabajo. La «aventura», recuerda, se inició en el año 1996. «En aquella temporada el equipo acababa de descender a Tercera División. Confeccionó una gran plantilla para regresar a Segunda B. Estaba, entre otros, Boli que acabó como máximo goleador nacional. Plasmé el desarrollo de la campaña en un primer tomo de 140 hojas». El trabajo fue adquiriendo mayor dimensión hasta alcanzar la cifra de 476 páginas con motivo del retorno a la División de Plata en 2011.

Rubio se recreaba con mimo en cada uno de los apartados que engloba una plantilla de fútbol profesional. Desde el lógico informe médico al mecanismo de producción de las faltas individuales sin obviar la evolución de los goles encajados, entre otros muchos aspectos(326). «Toni Aparicio fue el entrenador que me animó a ir introduciendo más variables», apunta el doctor.

Rubio conoce perfectamente los entresijos y las claves para tener éxito en una promoción de ascenso. Nadie puede presumir de haber sido protagonista de tantas y en tan corto espacio de tiempo. «La unidad del vestuario es fundamental y creo que este año se está dando algo parecido a lo que vivimos cuando subimos en Lugo». Sin duda, este es su gran recuerdo de la dilatada estancia en el club de El Collao. «Ver la cantidad de aficionados en el césped del estadio de Lugo es algo imborrable, como lo fue el viaje de vuelta, el recibimiento en el aeropuerto y, después, la fiesta en Alcoy con la plaza de España completamente llena. Por descontado que puede repetirse esta temporada, lo deseo de todo corazón».

El emparejamiento actual con el Cartagena ha provocado que emerjan en su retina imágenes no tan gratificantes. «Aquel día lo teníamos todo de cara para subir y no pudo ser por una desgracia. Lo sentí mucho por la afición y, por descontado, por Fernando Martín, un gran profesional que no merecía algo así. Por suerte, pudo desquitarse unos años después».

Rubio compartió vestuario con un buen número de entrenadores entre los que destaca a «Juan Ignacio Martínez, Bordalás, Pepe Aroca y Toni Aparicio. Son con los que tuve más relación». La lista de futbolistas es amplia, aunque hay un apartado especial para dos pesos pesados, Antonio Castillo y Javi Gandía. Este último, apunta Rubio, «ostentó la presidencia en una época complicada. Saneó el club y lo ascendió a Segunda B. La guinda a la gestión hubiera sido subirlo a Segunda. Tuvimos la ocasión pero lo impidieron los penaltis en el partido contra el Burgos».

Rubio cesó como médico alcoyanista en mayo de 2015 «para dar paso a los jóvenes». Desde entonces, no ha vuelto a un estadio. «Han sido años intensos en los banquillos y ahora me aburre ver el fútbol desde la grada». En la actualidad su pasión es «mi nieto, Jorge. Ese es mi partido. Cuando termine igual vuelvo. Ahora quiero recuperar el tiempo con mi mujer».