El entrenador del Barcelona, Luis Enrique Martínez, aseguró ayer que el partido de esta noche ante el Eibar, el último que dirigirá en el Camp Nou, no lo afronta de manera especial ya que «el próximo año» estará «en la grada con todos los culés».

El preparador azulgrana ha eludido la nostalgia -»aunque sí tendré algo de morriña», dijo- en la previa del último partido liguero, en el que espera despedirse del Camp Nou con el título bajo el brazo. Para ello, su equipo deberá sumar los tres puntos ante el Eibar y esperar que el Real Madrid, líder de la competición, pierda ante el Málaga, una «carambola» que no le quita el sueño al técnico del equipo azulgrana.

«La manera de afrontar el partido es centrarte en el trabajo. El único objetivo es ayudar al equipo para conquistar los tres puntos y, si luego se da la carambola, a celebrarlo y sino a felicitar al equipo campeón. Hay que ganar con buen fútbol y que la gente se lo pasé bien», afirmó.

Luis Enrique matizó que no le da igual el encuentro del Madrid, si bien ha puntualizado que «no tiene sentido estar pendiente y preguntando» por el resultado. Interrogado por si en el Barça son optimistas ante una eventual derrota del Madrid en Málgaa, reconoció que «son semanas diferentes a la de otras temporadas», cuando el Barcelona dependía de sí mismo para cantar el alirón.