Isabel Fernández alcanzó la gloria y es una de las pocas deportistas que tiene la triple corona: campeona olímpica, mundial y de Europa. El judo en España lleva el apellido Fernández y corre por las venas de toda esta familia de Torrellano.

Repetir los éxitos de Isabel es muy complicado. Fue oro en Sidney 2000 y bronce en Atlanta 96. Además ha logrado un oro, dos platas y un bronce en mundiales; y seis oros, tres platas y tres bronces en europeos. Pero tiene tres sobrinos, hijos de su hermano Aquilino, que apuntan alto. La pequeña Aitana ha sido, recientemente, campeona de España infantil y, a pesar de tener sólo 13 años, tanto su tía como su padre, aseguran que tienen madera de campeona. Es ya cinturón marrón, ha ganado el Campeonato Internacional de Francia y ha logrado varios podios en la Copa de España.

Mario cuenta con 21 años, es cinturón negro segundo dan, fue campeón de España cadete y ha sumado varias medallas en la Copa de España y numerosos títulos autonómicos. El mayor, Aquilino Fernández Herrera, a sus 23 años, es el único que no ha sido campeón de España, aunque fue bronce en sub'21 y, también ha logrado medallas en torneos autonómicos y nacionales. Es cinturón negro tercer dan.

«Es una satisfacción ver como muchos miembros de la familia practican judo. Tanto Mario como Quilini y, ahora, Aitana apuntan cosas buenas. Sobre todo Aitana tiene muchas condiciones. Ganó el Campeonato de España superando en la final a una rival muy buena sacando el genio y la raza de los Fernández. Es joven y el tiempo dirá hasta dónde puede llegar», comenta Isabel.

La judoca de Torrellano destaca que lo importante de su sobrina «es que le gusta y quiere. Tiene posibilidades, pero debe ser constante y trabajar mucho. La clave es no venirte abajo, ser muy sacrificada y tener la motivación de seguir».

La campeona olímpica reconoce que llegar a lo que ha conseguido ella «es difícil». «He tenido la suerte de estar muchos años en la alta competición. Cuando lo dejas es cuando, verdaderamente, valoras lo que has logrado y eres consciente de lo complicado que es», destaca.

Isabel Fernández estuvo practicando judo hasta los 40 años y tiene una hija de siete (Sara) de la que dice que «le encanta, pero es muy pequeña. Hace un judo educativo y un poco de lucha. Tanto mi hija como mis sobrinos lo han mamado desde pequeño y eso se nota, aunque hay algunos compañeros, que también han ganado mundiales y europeos, que a sus hijos nos les gusta».

Su hermano Aquilino, que lleva 30 años practicando y dando clases en su gimnasio de Torrellano, recuerda que «Isabel fue la primera que empezó. Romualdo Couzo fundó el Judo Club Torrellano en 1978. Isabel después de hacer balonmano se decidió por el judo. Venía a casa y me hacía técnicas y me estampaba contra la pared. Entonces comencé yo a practicarlo. Llegué a torneos nacionales en categoría cadete y júnior. Pero en un accidente de coche me dañe la vértebras y me dediqué a la docencia. Mi hijos, con dos años, se me metían en el gimnasio gateando y los tenía que atar con los cinturones en la espaldera».