A medida que se conoce mejor la halterofilia vamos descubriendo que este deporte es mucho más que fuerza física...

Exacto. Hay tres factores fundamentales: el estado físico, el mental y el técnico. Nos entrenamos a diario para pulir nuestra técnica y para mejorar nuestra fortaleza mental, siempre con un psicólogo, además de la fuerza física, claro, porque esto es deporte.

¿Se considera, en cierto modo, una pionera de un deporte minoritario como el suyo para que tenga mayor auge y seguimiento popular?

No me considero pionera porque antes de mí han pasado muchas otras chicas que han conseguido medallas y títulos europeos, como los tres que tiene la valenciana Estefanía Juan. Pero sí me considero un referente mediáticamente y por los resultados que he logrado en Europeos, Mundiales y Juegos Olímpicos. Es muy bonito que la gente se interese por la halterofilia y piense en mí. Y es importante para este deporte, que se le ha vinculado más con el género masculino. Que haya sido una chica la primera que consigue una medalla olímpica en la especialidad me enorgullece aún más.

En todo caso, también contribuye a que se visibilice una mayor igualdad de género entre el deporte masculino y el femenino. Las chicas compiten ya al mismo nivel en la élite...

Sí, totalmente. Al final no hay que distinguir por sexo ni género. Es deporte y hay que valorar a la persona. En los últimos Juegos de Río hemos cosechado más medallas femeninas que masculinas. Es muy importante para fomentar el deporte femenino, pero hay que mirar más allá y dejar a un lado el género.

La lacra del dopaje se ha cebado con la halterofilia y particularmente con usted. Le privó del oro en los Juegos de Londres 2012 y de la plata en China 2008...

He sido la deportista española y, probablemente, del mundo más afectada por casos de dopaje. Me han privado de dos podios olímpicos. Me da mucha pena que esto pase en el deporte. Hay que castigar a quienes buscan atajos para llegar a la meta mientras otros dedicamos horas, días y años de trabajo y privaciones. Tolerancia cero contra el dopaje. Vamos a respetar los valores y a inculcárselos a los jóvenes. Tampoco quiero darle más importancia. Lo que más me satisface es que la gente joven sabe que se puede llegar al podio con trabajo y de forma limpia.

Su candidatura al Premio Princesa de Asturias del Deporte es un reconocimiento a esa trayectoria suya privada injustamente de la gloria olímpica...

Estoy muy contenta y feliz. Me han propuesto el Ayuntamiento de mi pueblo [Ponferrada] y la Federación de Halterofilia. Es increíble. A ver qué pasa. Me encantaría que me lo entregasen, pero ya es muy gratificante estar propuesta.

Le servirá de estímulo para la próxima cita olímpica de Tokyo 2020, que puede ser la última para usted...

Lo veo a largo plazo. Quiero que sea mi última cita olímpica y retirarme allí de la competición de élite. Ahora me centro a corto plazo en Europeos y Mundiales. Quiero disfrutarlos a tope porque sé que va a ser mi último ciclo olímpico.

¿Qué otros deportes

Me gusta verlos todos; y si son olímpicos, aún más. Pero sólo puedo practicar el mío por su alta exigencia.

¿Y qué referentes tiene en el mundo del deporte?

Lo he tenido muy claro, como todo el mundo, deportistas o no. Me encanta Rafael Nadal por todo lo que representa, por todo lo que ha conseguido. Muchos deportistas nos vemos reflejados en él.

¿Ha notado usted un mayor interés por la halterofilia en España a raíz de sus éxitos?

Es posible. Sobre todo a nivel femenino. Ahora hay más niñas que se interesan por la halterofilia. Y me dicen que quieren ser como yo, entrenarse como yo y llegar hasta donde he llegado. La mayoría de los que me escriben a través de las redes sociales son niñas. Gracias a mis éxitos se ha conocido un poco más este deporte y más niños y niñas han empezado a practicarlo.