El Real Madrid cayó derrotado en el clásico del fútbol español y perdió el liderato de La Liga por una mala decisión consensuada entre Gareth Bale y Zinedine Zidane, la falta de oficio de Marcelo en la última jugada del partido y el hambre de ganar con un jugador menos, los problemas de Casemiro sin ayudas ante Leo Messi o la ausencia de Isco Alarcón.

La mala decisión de Bale y Zidane

La ilusión que tenía Gareth Bale por jugar el Clásico es la misma, al menos, que tenían Isco Alarcón y Marco Asensio. Fue el argumento al que se agarró Zidane para justificar la titularidad del galés, obstinado en convertir en intocable a la BBC y el dibujo 4-3-3, cuando quedó demostrado que su jugador, aunque le dijese lo contrario, no estaba en condiciones físicas para soportar un duelo de tan alta intensidad. Solo tres entrenamientos con el grupo y recién recuperado de una lesión en su punto débil, el sóleo, eran argumentos de peso para que en todo caso hubiese sido revulsivo. Bale no estuvo en el clásico y por cargar más la pierna sana, acabó lesionándola. Con un centrocampista más, el Real Madrid habría tenido mayor control del partido y posesión. Jugó al intercambio de golpes y en esta ocasión le salió mal.

Falta de oficio en la última jugada y exceso de hambre

Habría sido una cartulina amarilla que bien podría valer una Liga. Marcelo decidió no hacer falta en el arranque de orgullo de la última jugada de Sergi Roberto que acabó en el gol del triunfo de Messi. Se equivocó por no frenar la acción cuando se pudo y el Real Madrid también por no darse por satisfecho con el empate jugando en inferioridad numérica por la expulsión de Sergio Ramos. Empató con diez con el tanto de James Rodríguez y se lanzó por más como si el punto no le diese medio título manteniendo distancias con el Barcelona y teniendo aún un partido por disputar ante el Celta.

Sin ayudas en el marcaje a Messi

Hizo el argentino una lectura perfecta de partido. Como el balón no le llegaba a la zona de peligro decidió retrasar su posición y ser él quien lanzaba el juego azulgrana. Retó a Casemiro a un duelo personal y le superó siempre. En su primer cara a cara le sacó una tarjeta amarilla que ya sería una losa para el centrocampista brasileño y acabaría provocando su cambio para evitar que fuese expulsado. No hubo ayudas a Casemiro de sus compañeros de centro del campo. Luka Modric bastante tenía con poner un ojo en el costado derecho y caer a él para solventar la inferioridad de Carvajal. A Toni Kroos se le vio muy justo físicamente, pagando el esfuerzo realizado ante el Bayern Múnich. Siempre que Leo se fue del brasileño encontró espacios y metros por delante para generar desequilibrio.

La ausencia de Isco

Una vez más en un duelo de altos vuelos Isco fue suplente con Zidane. No solo eso, vio cómo otros compañeros le adelantaban y se quedaba sin minutos cuando el Real Madrid necesitaba un futbolista de su calidad con el balón, para intentar tener posesión y enganchar su fútbol ofensivo, que no existió en el primer acto. Sin hueco en el once por el regreso de Bale vio como Marco Asensio era el elegido cuando se lesionó el galés. Y como en los últimos minutos el técnico francés prefería tirar de Mateo Kovacic y James.

Derrota táctica de Zidane ante Luis Enrique

Encontró el técnico azulgrana la zona muerta que queda entre líneas madridistas que le genera problemas por quedar en inferioridad numérica en duelos. La presencia de Sergio Busquets más adelantado, la de Messi más retrasado para la superioridad en la medular, la banda derecha entera para Carvajal que era atacado por dos rivales, eran las claves tácticas del duelo. Luis Enrique retocó su sistema para frenar el peligro ofensivo de los laterales madridistas y a Zidane le faltaron recursos tácticos para cambiar la dinámica del partido. Renunció de inicio al equilibrio con la posibilidad de meter un cuarto centrocampista.

Más allá del enorme partido de Leo Messi, el máximo goleador de la historia de los clásicos, autor del gol 500 con la camiseta del Barça, otros cuatro factores más fueron determinantes en la victoria de los azulgranas en el Bernabeu que les alarga su vida en la Liga.

Un «diez» en estado de gracia

Él fue la clave del partido. Autor de dos de los tres goles de su equipo. Su actuación fue soberbia, desequilibró en el uno contra uno y se reencontró consigo mismo después de su dubitativa actuación en la eliminatoria ante el Juventus. Llevaba tres años sin marcar al Madrid y silenció el Bernabéu con un gol en la última acción del partido, su tanto 500 desde que llegó al Barça. Su imagen mostrado la camiseta azulgrana con el diez a la grada del estadio madridista es de las más icónicas de la historia.

La solvencia de Ter Stegen

Si Messi fue el desequilibro, Marc André Ter Stegen fue quien aguantó con sus paradas al equipo cuando el Madrid apretó más. Estuvo magnífico en el uno contra uno, perfecto de reflejos y en las acciones con el pie. Nadie diría que era su estreno en el Bernabéu con el Barça.

La cabeza de Busquets

Ausente en el 3-0 en Turín, recuperado en la vuelta e imperial en el triunfo en el Bernabéu. El cinco del Barça es uno de los jugadores fundamentales para cualquier entrenador. Sacó el balón con criterio, armó a su equipo desde atrás y fue quien dirigió las operaciones en la recuperación. Sin él no se entiende el actual Barcelona. Después de la primera posición con la que se hizo el Barcelona en el partido que abrió la Liga, al golear al Betis (6-2), el equipo de Luis Enrique no volvió a encaramarse al primer puesto hasta la jornada 25, en que a una victoria por 6-1 al Sporting le continuó un empate de los madridistas contra Las Palmas (3-3), aunque ya tenía el partido pendiente de Balaídos.

La perseverancia de Sergi Roberto

La perseverancia de Sergio Roberto, un fino centrocampista reconvertido en lateral derecho hace unas temporadas, le dio medio gol al Barça. Sergi Roberto olió la sangre en el minuto 91 y en una carrera magnífica permitió a Messi concretar el 2-3, después de una asistencia de Jordi Alba.

El «momento Rakitic»

En una temporada muy complicada para él, el zapatazo con la izquierda de Ivan Rakitic le reivindica. Ha perdido peso específico en el equipo, no ha jugado durante unas cuantas jornadas, se rumoreaba con su venta en el mercado invernal, pero a la hora de la verdad apareció. Puso el 1-2 en el marcador y empezó a cimentar la victoria de su equipo. La recuperación del liderato del Barcelona ha venido propiciada por una victoria que ha evitado que el Madrid inicie la cuenta atrás para el alirón, ya que si el equipo de Luis Enrique Martínez hubiese sucumbido con una derrota, los de Zinedine Zidane ahora mismo, con la diferencia de goles a favor, tendrían seis puntos de ventaja, un partido menos y cinco jornadas (una más el Madrid) por jugarse de esta Liga.