El Celta de Vigo consiguió clasificarse por primera vez en su historia para la semifinal de la Liga Europa después de empatar en el campo del KRC Genk (1-1) en un encuentro con pocas oportunidades que el conjunto de Eduardo Berizzo manejó con comodidad la ventaja de un gol con la que viajaba a Bélgica. Berizzo repitió el mismo equipo titular que había jugado en Balaídos. Con menos ritmo que en el partido de ida, pero con la misma idea futbolística, el Celta dominó el primer tiempo. Marcó el ritmo desde el control que ejerció desde el centro del campo, aunque le faltó velocidad para asociarse con el tridente Sisto-Guidetti-Aspas. El Genk mejoró su imagen al inicio de la segunda mitad. Y el partido, con ritmo de ida y vuelta, se abrió. Subió la cadencia. Y llegaron los goles. Primero, marcó el Celta: Sisto presionó a Castagne, le robó la pelota, corrió veinte metros con el balón controlado y sacó un cañonazo imparable desde fuera del área. Solo cuatro minutos después, empató el Genk por medio de Trossard.