«Chorizos sinvergüenzas», grita un hombre a la televisión en el bar Los Tanques frente al carajillo cuando sale por una de las cadenas nacionales la imagen del segundo entrenador del eldense, Fran Ruiz, entrando a los juzgados para declarar ante el juez por su presunta implicación en los amaños de partidos del Eldense. «Es que es indignante. Han arrastrado el nombre de la ciudad, pero a la cárcel no va a ir ninguno, seguro», añade este hombre mientras Rubén Oliver, hijo de Luis, el propietario del histórico bar situado en el casco antiguo, asegura que «lo del Eldense es lo que más se comenta en el bar en los últimos días, la gente está indignada, es una vergüenza», para añadir que «cuando llegaron los italianos la gente lo vio como algo positivo porque venían con dinero y porque iban a traer jugadores internacionales y parecía que iba a haber una renovación total de la plantilla. Por eso la decepción ha sido muy grande», comenta Rubén mientra uno de sus clientes añade que «con el 12 -0 ante el Barcelona B ya se vieron algunas actitudes muy raras y fallos muy descarados de los jugadores, sobre todo en la primer aparte, pero no se podía uno imaginar esto».

Como en Los Tanques, en todos los bares de Elda consultados ayer por este diario se aseguraba que en la ciudad no se habla de otra cosa. «A mí no me gusta mucho el fútbol pero claro que sé lo que ha pasado», afirmaba Lázaro, un cliente del bar El Junco ubicado en el centro de la ciudad, quien se lamentaba porque «solo nos conozcan por lo malo». En este sentido, José Gutiérrez, a su lado en el bar, indicaba que «me han llamado de Avilés para preguntarme por lo que está pasando aquí. Es una pena y al final puede que nos quedemos sin equipo».

«El pueblo está abochornado. Hay gente después del 12-0 que pedía en broma al equipo que no volviera de Barcelona pero eso no era nada al lado de esta vergüenza», manifestaba José David Orgilés, dueño del bar El Impulso en la Plaza Mayor, para añadir que «es una pena que nos tengan que conocer en toda España por esto, la ciudad no se lo merece y el club tampoco». Santiago Poveda, uno de sus clientes, añadía a este respecto ayer que «muchos jugadores de estos equipos no viven del fútbol, ganan poco y la tentación de meter la mano es alta . Estas cosas no pasan en primera división. Aquí ha habido mucha mafia y siempre hay alguno que cae en la tentación. El negocio de las apuestas es muy fuerte y hay mucha mafia detrás».

Mientra hablamos en el interior del bar, en una mesa en la calle dos personas se pasan uno de los «memes» que corren por las redes sociales en el que se ve a dos personas vestidas con monos de presidiarios bajo el título: «Equipación del Eldense 2017/2018», y es que es inevitable que muchos se lo tomen con humor.

«No creo que esto suponga la desaparición del Deportivo Eldense, pero sin duda se ha manchado su imagen», señala Alfonso Bravo tras la barra del bar Olímpico situado frente al antiguo estadio Pepico Amat que durante décadas acogió los partidos del Eldense. El camarero y socio del club confirma el escándalo que el caso ha provocado en la ciudad. «Están viniendo medios de comunicación de toda España, mi mujer me ha dicho que esta mañana estaban hablando de nosotros en una radio nacional y luego en otra. Es una lástima arrastrar así el nombre de Elda y de un club que se fundó en 1921».

Desayunando en El Olímpico encontramos a Roberto Sanz exvicepresidente del Eldense, quien lamenta especialmente lo sucedido: «En ningún momento se imaginaban en el club que algo así podía ocurrir», indicó Sanz, explicando que «el grupo inversor italiano se presentó con fondos y como un escaparate de futbolistas y consideraron que podía ser bueno. Estoy seguro de que en ningún momento se imaginaron en el club que algo así podría ocurrir porque si no, no se les habría permitido ni poner un pie en la ciudad».