El Torrevieja salió después de muchos meses de los puestos de descenso tras su goleada de ayer y la derrota del pasado jueves del Buñol, equipo que marcaba hasta esta jornada el corte con la permanencia.

A pesar del festín que indica el marcador final, el ansiado triunfo salinero no se produjo sin incertidumbre, puesto que a falta de media hora para la conclusión del partido los salineros estaban atascados y perdían tras una gran jugada de Borja rematada por Jorge.

No obstante, la figura de Damián como revulsivo, y de Durán como participante en los tres primeros goles salineros, puso la guinda al trabajo colectivo torrevejense y salvó un auténtico match-ball para la escuadra de la Vega Baja.

Si el primer tanto de los torrevjenses vino tras un control y remate precedido de un servicio de Kaná, al que intentó llegar sin fortuna Lewis, el segundo fue un testarazo rubricado por el propio jugador salinero Durán que, además, firmó el tercero de forma olímpica, es decir, botando un saque de esquina que se envenenó.

Cerró la cuenta de la victoria del Torrevieja el jugador ilicitano Alejandro Pastor, en estado de gracia, tras asistirle el defensa Vicente Boix.

Los salineros tuvieron la sangre fría y el corazón caliente justo cuando más lo necesitaban ante un rival que es colista por méritos propios, pero que soñó con puntuar como visitante tras 17 jornadas.

Finalmente, los de Segorbe regresaron de vacío a la provincia castellonense con una goleada que les deja muy lejos de la salvación en Tercera División. Por su parte, el Torrevieja respira.