El Elche vuelve a las andadas y se gana, por méritos propios, la pitada de la afición al final del encuentro. Toca mirar a los 50 puntos para salvarse. Este equipo no es capaz de dar más, así de claro hay que verlo, a pesar de que en algunos partidos es un canto a la esperanza, en otros, muestra su peor cara. Esa irregularidad no puede llevarle a soñar con objetivos nobles. Alberto Toril pedía el viernes en la sala de Prensa una victoria holgada y lo único que tuvo ayer holgado el equipo ilicitano fue su desorden.

Este Elche no sabe ganar de ninguna de las maneras, ni cuando juega bien, como ante el Levante el pasado domingo, pero tampoco cuando su fútbol es ramplón como el de ayer frente a un Alcorcón plagado de bajas y con muchas limitaciones en su fútbol.

La sombra de Dorca fue excesivamente alargada y nunca se ganó el centro del campo. Demasiados experimentos tácticos para terminar con Pelayo y Guillermo en el campo. Sólo al final, con más corazón que cabeza, se empujó un poco al rival, pero tampoco el fútbol hubiera sido justo.

Ayer no fue capaz de jugar a nada y así es difícil doblegar a un rival sólido como el madrileño. Incluso pudo ser peor, si, en el minuto 94, Juan Carlos no le saca un balón de gol a Alejo, aunque, también es cierto que Nino, en la siguiente jugada, vio como no acertaba a batir a Dmitrovic y, su balón, rozaba el palo y se iba fuera.

Un Elche demasiado previsible y, sin jugadores desequilibrantes, no fue capaz de romper la solidez del Alcorcón. El toque y el deseo de filtrar balones entre líneas fracasó ante una defensa de cinco, como la que planteó el conjunto alfarero, que ahogó todas las propuestas franjiverdes de llegar al área de Dmitrovic. Los franjiverdes no encontraron el camino y carecieron de la velocidad necesaria para hacer daño a un rival que no tuvo muchos agobios a la hora de mantener el 0-0 en el marcador hasta el final.

La primera parte resultó sosa y sin muchas ideas futbolísticas. Alberto Toril apostó por echar azúcar a su alineación y puso en el campo a Álex Fernández en lugar del sancionado Dorca, mientras que optó por situar Pedro en la banda derecha y desplazar a Borja Valle al centro, por detrás de Nino. Pelayo fue el sacrificado, que pasó al banquillo.

Durante los primeros 45 minutos apenas se fue capaz de crear ocasiones claras de gol y sólo, a través de la estrategia, en el minuto 8, Pelegrín, al rematar de cabeza un balón que le picó Pedro al ejecutar una falta al borde del área, pudo adelantar a su equipo. El balón se le marchó arriba con toda la portería para él.

Defensivamente, el Elche se mostró seguro y nunca permitió al Alcorcón que Juan Carlos se llevara ningún tipo de susto.

Mejoría con Pelayo.

La salida de Pelayo, en el minuto 63 por Pablo Hervías, permitió que Borja Valle regresara a la banda. El equipo mejoró un poco, pero tampoco dio para ganar los tres puntos. Luego, salió Guillermo por Álex Fernández, y el equipo le puso corazón, lo intentó, pero le faltó fútbol.

El empate a cero fue justo y pudo ser peor si Alejo bate a Juan Carlos. En esta ocasión, el meta alcarreño evitó el desastre total. En la siguiente jugada, Nino pudo empujarla dentro.

El Elche ha entrado con mal pie en el último tercio de la Liga y sólo cabe mirar a los 50 puntos para salvar la categoría. Toril no estuvo acertado ni en el banquillo, ni tampoco en la sala de Prensa. Puso demasiadas excusas a lo que fue, sin duda alguna, el peor partido de la temporada. El público dictó sentencia y pitó al equipo al final del duelo.