El Vicente Calderón abre esta noche una gran eliminatoria de semifinales de la Copa del Rey, el enésimo desafío entre el Atlético de Madrid y el Barcelona, una prueba de vitalidad, un enfrentamiento potente y vibrante y un reto entre Griezmann y Messi, Neymar y Suárez. Un partido con mayúsculas, repetido hasta 18 veces en los últimos cinco años en todos los torneos y por todos los títulos, en la Liga, en la Supercopa de España, en la Liga de Campeones y en la Copa del Rey, en la que ahora se cruzan por una plaza en la final, con la ida en Madrid y la vuelta, seis días después, en el Camp Nou.

Ni siquiera las dudas y la irregularidad del Atlético los últimos tres meses y ha sufrido el Barça en momentos concretos del curso reducen el atractivo, el interés y el nivel de un choque que enfrenta a los dos últimos campeones de Liga, a dos candidatos a la Champions y a dos equipos ganadores.

La eliminatoria exige la mejor versión de ambos conjuntos, dolidos por sus dos últimos empates en la Liga, el Atlético con un partido horroroso contra el Alavés (0-0) y el Barcelona con una igualada bajo polémica, por el gol no concedido al club azulgrana, ante el Betis, y enfrentados hoy en un duelo clave.

Porque la ida en el Calderón, aunque aún queden por delante los 90 minutos de la vuelta en el Camp Nou, no admite lapsus ni concesiones. Hay una final en juego, una exigencia para ambos equipos, diseñados para pelear por todo y contra cualquier rival sin excusas.

El Atlético formará en ataque con el dúo Griezmann-Carrasco y Juanfran puede volver al centro del campo y Savic al eje defensivo con Godín. Por su parte, el Barça de Luis Enrique llega sin dos pilares como Sergio Busquets e Iniesta, lesionados. Todo apunta a que Mascherano volverá a dirigir el equipo tras la experiencia fallida de Rakitic y Denis Suárez le acompañará en el medio.

El Barça es el peor rival del Cholo en los cinco años que lleva en el Atlético: le ha ganado en 10 de sus 18 enfrentamientos y sólo perdió dos. Empataron en seis ocasiones.