David Lozano, uno de los dos ciclistas españoles que componen el equipo Novo Nordisk, reconoce que su vida cambió cuando le detectaron que tenía diabetes. Había ganado muchas carreras y disputado mundiales de ciclocross y mountainbike. «Tenía 22 años y se me cayó el mundo encima cuando me lo dijeron. Mi padre es diabético y yo ya sabía lo que suponía esa enfermedad. Bebía doce litros de líquido al día. Veía que no era normal, me mareaba encima de la bici, hasta que me hice unas pruebas y salió la enfermedad. Me ingresaron en el hospital de Terrasa dos días y pensé que todo se había acabado. Me hundí. Pensé que el ciclismo había acabado para mí».

Tuvo la suerte de encontrarse con Javier Megías, que durante cuatro temporadas corrió en el Saunier Duval. Él también es diabético, lo que le permitió acabar corriendo en el equipo Type 1, integrado únicamente por ciclistas con esta enfermedad: «Él me llevó a este mundo y mi vida cambió, pero no por la enfermedad. Llevo un poco más de comida en carrera y, cuando lo necesito, como. Lo controló bien. Soy insulinodependiente, pero hago vida muy normal».

Junto a Megías y Lozano, la escuadra americana cuenta con otros cuatro ciclistas españoles en el que denominan equipo de desarrollo, conocido en España como sub 23. Entre ellos está el ciclista de San Vicente del Raspeig Fran Carratalá. Al corredor alicantino, que tiene 19 años, se le diagnosticó la diabetes con 13 años. «Todo lo que quería -confiesa-era continuar con mi carrera. Por suerte, me encontré con David Lozano, con el que había coincidido en ciclocross, que me abrió las puertas del equipo».

Carratalá lleva ya cuatro años con el maillot del Novo Nordisk y explica que «en este conjunto encontré el apoyo de un sólido equipo médico que me ayudó a manejarme con la diabetes y me animó a perseguir mis sueños».

Tuvo que irse a vivir a Atlanta lejos de su familia. «Si creo que puedo hacerlo, entonces es mi responsabilidad poner todo el trabajo para hacerlo posible», insiste. Fran Carratalá está ahora entrenando en casa y en marzo partirá hacia tierras americanas. «Paso cinco meses lejos de mi familia, pero tengo la suerte de que, gracias a este equipo, algún día puedo llegar a dar el salto al profesionalismo».