Santa Pola ha tenido este año más seguridad que nunca. Las fuerzas de orden público, especialmente la Guardia Civil y la Policía Nacional desplegaron un gran dispositivo por todos los rincones de la pruebas.

Los últimos atentados de Paris y Berlín y del Maratón de Boston habían puesto sobre aviso. Las grandes aglomeraciones de gente requieren de una atención especial de las fuezas de seguridad y así ocurrió ayer en Santa Pola.

En la zona de meta se pudo observar a guardia civiles con armas en mano y a otros vestido de paisano con su armamento.

Hasta 170 agentes, entre Policía Nacional, Guardia Civil y de Tráfico y Policía Local velaron porque todo saliera bien. Además, contaron la inestimable ayuda de los voluntarios de Protección Civil y de Cruz Roja.

Desde primera hora de la mañana y hasta pasada las tres de la tarde, el tráfico, a la entrada y salida de la villa marinera, estuvo perfectamente ordenado.

No hubo que lamentar ningún incidente reseñable, excepto los típicos desfallecimiento por el cansancio a la llegada a la línea de meta.

Y es que para ser tener una prueba de élite como es la Mitja Marató de Santa Pola la seguridad es primordial.