Un golazo de Antoine Griezmann en el minuto 80 dejó en tablas un vibrante partido entre el Athletic de Bilbao y el Atlético de Madrid, emocionante por las alternativas en el marcador, e incierto en el resultado hasta el pitido final.

Fue un choque con dos goles en la primera mitad, de Koke Resurrección e Iñigo Lekue, y otros dos en la segunda, de Oscar de Marcos y el francés Antoine Griezmann.

Koke abrió el marcador con un centro desde la izquierda que intentó rematar Griezmann, pero entró directamente en la portería; Lekue empató con un fuerte disparo desde la frontal; De Marcos puso el 2-1 con un cabezazo en el primero palo a centro de Raúl García; y Griezmann el 2-2 definitivo con un fuerte disparo desde lejos que entró junto al palo.

Este marcador frena un tanto las aspiraciones de ambos equipos, el de Diego Simeone de alcanzar, al menos, la tercera plaza, y el de Ernesto Valverde de entrar en puntos de Liga Europa.

Aunque ambos equipos podrían dar por bueno el resultado final por el valor del campo y el rival que ambos tenían enfrente. El Athletic, además, porque es la primera vez en el nuevo San Mamés en cinco visitas que logra que no le gane el conjunto colchonero.

Pero el que empezó haciendo daño fue el Atlético, con un 4-4-2 con Carrasco en banda izquierda. Por ahí llegó el primer tanto, un centro de Koke desde la izquierda con dirección portería que intentó rematar Griezmann adelantándose a Balenziaga. Pero no llegó a tocar el francés y eso descolocó a Iriazoz, que ya sólo vio como el balón le entraba junto al segundo palo.

Parecía que se iba llegar 0-1 al descanso cuando a Lekue le llegó al borde del área una jugada iniciada por De Marcos y continuada por Williams.

El hoy extremo hizo un recorte para deshacerse de Giménez y enganchó un fuerte disparo que dio en el larguero antes de colarse, inapelable, en la meta de Moyá.

De hecho llegó más el Atlético, con un golpe franco de Carrasco, un cabezazo de Giménez y un disparo desde la frontal de Correa. Ninguna de esas jugadas demasiado peligrosas. Sí lo fue una posterior de Griezmann, que encontró un hueco entre el palo y la estirada de Iraizoz para empatar el partido. El lanzamiento fue muy lejano, pero también Griezmann dispuso de tiempo y espacio a su antojo.

Siguieron en la pelea ambos equipos con el 2-2, pero al Atlético de Madrid no le valió el asedio final ni al Athletic un par de contras con opciones de hacer peligro en la puerta contraria.