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El entrenador del Alcoyano, Toni Seligrat, despejó cualquier atisbo de duda con respecto a si el equipo será capaz de conservar el nivel exhibido durante la primera vuelta de la Liga tras el obligado paréntesis navideño.

«Si tengo que basarme en las sensaciones que desprenden los jugadores entrenado y trabajando son buenísimas. Después ya sabemos, partido del grupo III contra un filial y si no cambia mucho el guión previsto será igualado y difícil. Pero, ver trabajar al grupo invita al optimismo de que continuaremos con esa buena dinámica de resultados», explicó.

Seligrat, fiel a su política cautelosa, advirtió de la solvencia defensiva del rival de mañana, el Mallorca B. «Si hablamos de los dos últimos partidos es cierto que los ha perdido, pero si nos fijamos con los diez anteriores, con la dificultad que entraña el grupo III, sólo encajó un gol contra el Eldense. Los dos últimos partidos los ha afrontado con los nuevos entrenadores, Gálvez y Alfonso, e imagino que habrán querido dar un giro al equipo mejorando la parcela ofensiva. Espero que hasta esta semana no encuentren el equilibrio».

El Alcoyano vuelve a disponer de los efectivos justos para conformar el eje de la defensa por la sanción de Tomás Ruso, la lesión de Fran Miranda y la imposibilidad burocrática de alinear a Pau Bosch, el primer y único fichaje hasta la fecha del mercado invernal.

La combinación más probable pasa por la apuesta de Barreda y por la reaparición de Mario Fuentes. «Está entrenando con normalidad con el grupo desde que volvimos de vacaciones y si está en condiciones de jugar lo hará», sentenció Seligrat que también vuelve a disponer del atacante David Torres.

Capitán de Muro

Raúl González, futbolista natural de Muro, regresará mañana al campo de El Collao como capitán del filial del Mallorca.

El central de 24 años debutó en Segunda B con el Deportivo en 2012 bajo la batuta de Asier Garitano. Posteriormente, recaló en la filas del Atlético de Madrid B, Mallorca B, Pobla de Mafumet y de nuevo el conjunto balear.

David Torres y Jorge Devesa son los dos únicos superviventes del vestuario de su etapa de blanquiazul.