La tragedia sobrevoló el pasado en uno de los cientos de partidos de fúbol base que se disputan todos los fines de semana en la provincia. El portero del Hércules cadete caía desplomado al suelo tras un choque fortuito con un rival. En el campo no había asistencias, la ambulancia tardó 20 minutos en llegar y el chaval, que estuvo ingresado 48 horas en el hospital lo cuenta gracias a la labor de dos madres, enfermera y médico, que estaban en el campo y la labor de los técnicos de ambos equipos. Un susto que no debe volver a pasar.