Jony Ñíguez, mediocentro del Alcoyano, vivió frente al filial del Espanyol la cara amarga y dulce del fútbol con una horquilla de 10 minutos.

El ilicitano, primero, erró una pena máxima cometida sobre Mariano Sanz o, para ser exactos, el portero Andrés Prieto adivinó la trayectoria del balón. Después, abrió el camino de la segunda victoria consecutiva transformando en gol la falta ejecutada por Gato.

La estrategia, pues, volvió a ser el gran aliado del equipo de Seligrat en la Ciudad Deportiva Dani Jarque. «Fue un balón al área. Hubo un rechace e intenté buscar el esférico porque estábamos a un metro de la portería. Pudo ser gol y me resarcí del penalti fallado. Sobre todo destaco la segunda parte del equipo, puesto que lo intentamos desde todos los sitios», declaró el mayor de la saga Ñíguez.

Por otro lado, se refirió a la capacidad que ha exhibido el equipo en reiteradas ocasiones para sobreponerse a cualquier contratiempo, en este caso el penalti malogrado. «Ante las adversidades se crece y es un aspecto positivo que nos da confianza. Después de fallar el penalti no nos vinimos abajo, lo intentamos más que nunca y obtuvimos el premio», explicó.

Jony Ñíguez profundizó en la claves que han conducido al Alcoyano a instalarse en la zona de privilegio. «Nos basamos en los fundamentos defensivos, desde el delantero hasta el último jugador. Eso nos da confianza para llegar arriba. Luego, los goles también están llegando», concluyó.