Álvaro Morata celebró su cumpleaños a lo grande, con un gol salvador para el Real Madrid que valió un liderato que perdió en la sexta jornada después de empatar 2-2 contra Las Palmas y que sirvió para estimular a una afición que comienza a pedir su titularidad. Sus 24 años podrían haber sido poco dulces si no llega a ser por un minuto mágico, el 83, en el que apareció para recoger un servicio de Gareth Bale desde la banda izquierda que, de primeras, remató regular para golpear la pelota en el cuerpo de Gorka Iraizoz. El rebote, lo recogió con oportunismo y puso el 2-1 definitivo en el marcador.

Sin ese acierto, Morata habría salido al campo sustituyendo a Benzema a falta de quince minutos y habría pasado desapercibido. El Real Madrid habría empatado y se habría marchado a casa a soplar las velas con mal sabor de boca por haber comenzado un día más desde el banquillo.

Pero esa historia no fue así y Morata se ha convertido en un hombre cuyos goles valen puntos. Ya hizo uno al Celta que abrió el marcador de una victoria ajustada en la segunda jornada de Liga; otro al Sporting Lisboa en el descuento que dio una victoria al Real Madrid por 2-1 en su estreno en la Liga de Campeones; y el último al Athletic para dar tres puntos a los blancos.

En total, con otro que marcó al Legia Varsovia, Morata suma cuatro goles esta temporada casi siempre saliendo desde el banquillo en los minutos finales. Incluida la Supercopa de Europa, suma 544 minutos. De los trece partidos que ha disputado, ha sido titular en 5 ocasiones, cuatro en Liga y uno en la ya citada Supercopa.

Pese a ello, ha sido titular en ocho de los once partidos en los que ha participado y parece que algo podría cambiar, por lo menos en duelos menos importantes como el que se avecina de Copa esta semana frente a la Cultural Leonesa.