Con la llegada de José Manuel Roca al banquillo del Orihuela, la plantilla, la afición y los directivos del club de la Vega Baja han recobrado la alegría y la ilusión perdida en jornadas anteriores debido a los malos resultados.

La goleada del pasado domingo, por 0-4, en el campo del Almazora, que hasta su enfrentamiento con los oriolanos estaba invicto, apunta hacia un futuro esperanzador. Y es que Roca ha sabido, en sólo cinco días, inculcar a la plantilla sus conocimientos futbolísticos y aplicar su experiencia como entrenador en la Primera División griega.

Otra de las novedades que implantó el nuevo técnico fue la de viajar sábado para que la plantilla pasara la noche en la provincia de Castellón y así acudir al partido, que se jugó por la mañana, evitando el cansancio de un largo viaje previo al encuentro.

«Había que recuperar la autoestima del futbolista y era un factor psicológico importante conseguir un buen resultado en un campo complicado y difícil de circular el balón y ante un equipo contrario muy pegajoso», destaca el entrenador.

A pesar de ello, el exportero del conjunto oriolano es consciente de que todavía queda mucho margen de mejora, ya que tras su llegada al club el pasado martes «sólo hemos trabajamos lo más básico por falta de tiempo. Pero las cuatro cosas que cambiamos fueron trascendentales». Por ello, admite que está «muy contento», pero con los pies en el suelo porque «ahora ya hay que pensar en el siguiente partido», advierte.

Dos días de descanso

José Luis Roca ha concedido dos días de descanso a sus futbolistas. «Las victorias son para disfrutarlas. Los protagonistas son los jugadores y tenemos que apoyarlos siempre. Por eso les dejamos que disfruten dos días del resultado, pero desde el miércoles hay que olvidarlo todo y centrarnos sólo en el próximo encuentro en Los Arcos ante el Recambios Colón».