El español Marc Márquez (Repsol Honda) ha dado un paso de gigante para conseguir su tercer título mundial de MotoGP al conseguir la victoria en el Gran Premio de Motorland Aragón que el domingo se disputó en el circuito de Alcañiz. A ello contribuyó la particular pelea que el también español Jorge Lorenzo (Yamaha YZR M 1) mantiene con su compañero de equipo, el italiano Valentino Rossi.

Márquez lo tuvo claro todo el fin de semana pues dominó prácticamente todos los entrenamientos y en carrera salió dispuesto a sentenciar cuanto antes, aunque esa ansia le llevara a cometer un pequeño error que salvó con un codo providencial apoyado en el suelo.

Aprendida la lección, el piloto de Repsol Honda supo esperar el momento propicio, con los críticos neumáticos Michelin (críticos porque no avisan cuando se les acaba la adherencia y directamente el piloto se va al suelo), que calentó apropiadamente para, a partir de ese momento, iniciar su particular remontada camino de la primera posición y de la victoria, una victoria que en las dos anteriores ediciones de Motorland Aragón, a pesar de presentarse como candidato, se le negó.

Esta vez no hubo errores sin solución y cuando Márquez accedió al liderato ya nadie pudo evitar una victoria que le encauza directamente en el camino hacia el título mundial de 2016, que incluso podría conseguir matemáticamente en la siguiente carrera, en Japón, aunque las combinaciones en Motegi se antojan harto complicadas.

En cualquier caso a Márquez le vino a ayudar en Alcañiz la manifiesta enemistad declarada entre Lorenzo y Rossi, pues hubo una fase de la carrera en la que uno, el italiano, se creció, mientras el otro, el español, pareció no dar pie con bola, pero los términos se invirtieron con el paso de las vueltas y a Lorenzo le sirvió de acicate, reconocido por él mismo, para dar un «do de pecho» final.

Y lo que pudieron ser apenas cinco puntos perdidos en la batalla del «Bombo y el Tambor», nombre por el que se conoce a una de las rutas por carretera que llega hasta la localidad turolense de Alcañiz, se acabaron convirtiendo en 9 por culpa del adelantamiento de Lorenzo a Rossi, con la consiguiente satisfacción, obvia, de Márquez.

Resulta complicado pensar, aunque no imposible, que Márquez vaya a ser campeón en Japón, pero lo que no lo es tanto es la lucha «fratricida» que seguro van a mantener por el subcampeonato Rossi y Lorenzo. Ambos dicen en público no estar demasiado satisfechos por ese hito deportivo, pero lo cierto es que en su fuero interno ambos querrán, como mínimo, acabar por delante de su rival y vecino de taller, sabedores de que Márquez resulta ya prácticamente inalcanzable y que el mal menor siempre puede ser vencer a su compañero de equipo.