Hasta hace relativamente podo tiempo se corría por pasión. El piloto se enamoraba de la competición motociclista en el taller de la esquina, entre hierros retorcidos y viejas maquinas. Normalmente todos procedían de clases humildes. El cambio ha sido radical ya que antes corrían ilusión, porque era un sueño para ellos y ahora corren por dinero o porque a los padres les encanta que su hijo sea el muevo Marc Márquez.

El cambio más grande se nota en que os pilotos llegan ahora muy jóvenes al Mundial, pero porque empiezan a correr de niños y van saltando de categoría, aprendiendo y mejorando. Antes cuando uno llegaba todo era nuevo, y ahora -apunta Alzamora- "con siete años saben griego y latín". No es raro encontrarte en el paddock a un niño con 8 años desglosando la telemetría. Eso sí, el piloto sigue siendo quien decide. En su mano, en su muñeca, está convertir una buena moto en campeona. Eso si, el piloto sigue siendo decisivo, es el que marca la diferencia, es el que decide cómo y cuándo adelanta, cuándo se la juega, cuándo arriesga. Y como casi siempre, son los buenos los que ganan.

De las tres carreras de ayer, me quedo en la de Moto3, sobre todo por la estrategia y la frialdad con la que Jorge Navarro ha abordado cada circunstancia de carrera. El valenciano, en ningún momento ha tenido este año la moto más rápida pero en todo momento ha sabido luchas en las posiciones delanteras y optar al triunfo. Ha ganado carreras -pocas- pero su gran merito radica en es una persona que se ha hecho a sí mismo, y ha sabido cómo tener éxito. Si hay algo que tiene claro es que para alcanzar el éxito tiene que ser perseverante. Jorge Navarro no estaría hoy en la agenda de todos los grandes equipos de no haber sido por su perseverancia. Desde muy pequeño siempre tuvo la idea de que quería ser piloto y entrenó prácticamente todos los días de su vida para conseguirlo. Si tenemos en cuenta que procede de una familia humilde de La Pobla de Vallbona y que sus medios siempre fueron limitados para practicar su deporte, nada habría sido posible sin la constancia que ha tenido como profesional a lo largo de su vida.

Ahora , el subcampeonato lo tiene al alcance de la mano, pero hay que fijarse metas más altas y más s si tenemos en cuenta que el próximo año correrá en un equipo puntero de Moto2