El Atlético de Madrid sumó un valioso empate en el Camp Nou contra el Barcelona (1-1), un punto más en esta temporada de Liga tras un comienzo algo irregular y cinco motivos que refuerzan al conjunto rojiblanco en determinados aspectos para el futuro en este curso:

Plantar cara en el escenario y ante el rival más complicados

Es el peor adversario y el campo más difícil para el Atlético en la era Simeone y quizá para todos los equipos del mundo, junto al Santiago Bernabéu o el Allianz Arena de Múnich. Aún no ha ganado en el estadio azulgrana en estos cuatro años y nueve meses -su club ya encadena una década sin hacerlo, desde 2006-, pero en su balance de nueve visitas incluye cuatro empates, el último este miércoles.

Un punto reafirmante en su primer gran examen del curso, contra un rival directo en la lucha por el campeonato, que le mantiene invicto en esta campaña -tres victorias y otros tantos empates en seis duelos oficiales-, que prosigue su línea ascendente y que, además, no le alejó del liderato del Real Madrid, aún a cuatro puntos, y le permitió subir hasta la cuarta posición de la tabla.

El funcionamiento táctico de un bloque compacto y versátil

El Atlético fue un bloque muy compacto, con las líneas muy juntas, cuando se repliega o cuando propone una presión más alta. Su rigor y riqueza táctica para variar según marche el partido es una de sus esencias desde que lo dirige Simeone, con una inteligencia y una milimétrica ocupación de los espacios que anuló durante casi todo el choque a uno de los equipos más poderosos en ataque del mundo.

La implicación fue máxima en el Atlético, desde la delantera a la defensa. No le importó tener apenas un 30 por ciento de la posesión porque se maneja como nadie cuando se trata de anular la transición hacia su portería del contrario. «Somos el equipo que sabe encontrar mejor los espacios, pero ellos son los mejores del mundo en ese repliegue defensivo», destacó después Luis Enrique, técnico rival, cariacontecido por dejar escapar otros dos puntos del Camp Nou justo después de los tres que volaron frente al sorprendente Alavés.

El rendimiento defensivo. Dos goles encajados en 6 partidos

A los movimientos defensivos de todo el equipo, impenetrable durante muchos momentos para el Barcelona, el Atlético añadió un nivel alto en su línea de retaguardia. Juanfran se impuso al brasileño Neymar por el lateral derecho, los centrales Savic y Godín dominaron su área y Filipe Luis contuvo bien por el lado izquierdo.

El conjunto rojiblanco minimizó las ocasiones del Barcelona -su portero Jan Oblak hizo seis paradas en 90 minutos-, aunque enfrente tenía a Messi, Luis Suárez y Neymar. El único borrón atrás fue el 1-0 de Iván Rakitic, solo en su remate a centro de Andrés Iniesta. El Atlético sólo ha recibido dos goles en seis duelos oficiales.

La reacción a tiempo para nivelar un marcador adverso

El Atlético intentó de inicio una presión arriba a la salida del balón del Barcelona, después sufrió en el primer tiempo cuando su adversario le empujó hacia atrás y recibió el 1-0 en el minuto 41, pero se levantó de inmediato. A los 16 segundos del segundo tiempo generó ya una ocasión clara. Y a la hora del duelo igualó a uno sin descomponerse ni hacer concesiones cuando iba por debajo en el marcador.

Siempre competitivo, de principio a fin en el Camp Nou, y con esa mentalidad de no dar nada por perdido que le transmite Simeone, demostró su capacidad de reacción después del tanto en contra. Pasó de su repliegue a una vocación más ofensiva, con más ambición, para salir con un punto de una de las visitas más exigentes de la Liga.

Los cambios y las variantes surten efecto inmediato

El efecto del doble cambio incluido por el argentino Diego Simeone en el minuto 60, Fernando Torres y Ángel Correa por Kevin Gameiro y Saúl Ñíguez, fue incontestable. En la primera pelota que tocaron, los dos conectaron para el empate, anotado por el atacante argentino; una variante más de las muchas que dispone la plantilla.

El técnico ya avisó en la víspera que necesitaría en el Camp Nou de los cuatro delanteros, que ya han marcado al menos dos goles cada uno en este inicio de curso. Griezmann suma cuatro; Gameiro, Torres y Correa, dos. Una muestra de la potente plantilla que maneja el Atlético. Nico Gaitán, por ejemplo, ni siquiera dispuso de minutos.