El Villarreal cortó la victoriosa racha del Real Madrid y dejó a Zidane sin el récord histórico de triunfos seguidos en solitario, el día que buscaba el decimoséptimo en cadena en la Liga, víctima de una mala primera parte y un penalti a lo Panenka de Bruno que castigó un error de Varane (1-1).

Los partidos del Bernabéu tenían otra dinámica desde el cambio notable que dio el Madrid con la llegada de Zidane. El mando lo perdía ante equipos como Celta, Osasuna o Sporting de Portugal y ganaba por pegada. Quiso corregirlo, o le invitó el Villarreal a hacerlo. Los de Escribá vieron el resultado del resto de equipos y optaron por retrasar la línea defensiva, juntar líneas y correr para dañar al rival.

Provocó una salida en tromba madridista. Seis saques de esquina en 10 minutos, pero ninguna ocasión de peligro en el balance final. Regresaba a escena la BBC, con otro partido de titular para Benzema en busca de ritmo, y la vuelta de Bale y un Cristiano al que se le ve alejado de su mejor versión física.

Bajo un 4-1-4-1 como sistema, el Villarreal no sufrió en el primer acto. Defendió bien los centros laterales y Asenjo solo tuvo que intervenir ante un remate forzado de Benzema.

El Villarreal fue más directo. Bruno, el ancla, ejercía dominio y Trigueros era la clave para enlazar con los de arriba. Fue el primero en probar suerte y le siguió Cheryshev, quien en su vuelta a la que fue su casa, perdonó. Chutó bien la primera que tuvo, con la derecha, provocando la mano arriba de Casilla para sacar a córner. Y perdonó la más clara al borde del descanso, cuando el partido se le complicaba al Madrid.

Coincidió con la lesión de Marcelo, pero no fue casualidad. Antes una tijera de Sansone, enganchando con calidad un saque de esquina, había silenciado al Bernabéu. El Madrid no encontraba un juego fluido y sus llegadas se limitaban a acciones individuales con disparos desviados de Cristiano y Bale.

Fue cuando llegó la lesión muscular en un gemelo de Marcelo cuando se armó el taco. En los minutos que tardaba en entrar Carvajal, Sansone se plantó en un mano a mano contra Varane en una acción de tres contra dos, en la que asistió a Cheryshev con todo para marcar y en vez de chutar intentó regalar el gol.

El error se encadenó con uno de mayor gravedad de Varane. En la salida de balón, intentó una ruleta, perdió el equilibrio y el esférico, que acabó chutado por Trigueros y se estrelló en un brazo de Ramos.

En Cornellá-El Prat, ante el Espanyol, se libró, pero en esta ocasión el colegiado lo vio claro y señaló penalti. Bruno chutó de forma magistral, a lo Panenka y por el centro de la portería.

Tocaba de nuevo la heroica para el Madrid, una situación en la que curiosamente suele mostrar su mejor juego. Dos minutos del segundo acto le sirvieron para demostrar al Villarreal que le esperaba un panorama radicalmente opuesto con un primer aviso de Ramos. La olla a presión jugaba su papel y en el minuto 49 llegaba el empate con un testarazo con el alma de Ramos. El Madrid iniciaba un acoso que duró hasta el último minuto. El Villarreal se limitó a protegerse del aluvión e intentar defenderse con orden.

Las llegadas del Madrid se sucedían. Con Carvajal siendo un puñal en la banda derecha y James lanzando centros envenenados desde la izquierda. Benzema rozaba un poste con un remate de cabeza, Cristiano no llegaba por milímetros a un pase de Carvajal y Bale buscaba el segundo palo con un disparo de zurda.

Con el Villarreral muy agazapado, Kroos y Morata probaron a Asenjo, que respondió muy bien, y un defensa sacó el remate de Lucas Vázquez. Esta vez no hubo milagro.