Reflejos, precisión, concentración, tacto, contundencia, rapidez? Son algunas de las características del tenis de mesa, uno de los deportes más originales que integran el abanico de modalidades del Proyecto FER. Una disciplina que, pese a la creencia de mucha gente, no tiene origen asiático. En realidad, nació a finales del siglo XIX en Inglaterra. Marina Ñíguez (Alicante, 10/05/1999) es la embajadora FER de una disciplina muy espectacular y olímpica desde Seúl 1988. Curiosamente, su escasa raigambre en España contrasta con la cifra de practicantes en todo el mundo, unos 40 millones de personas. La deportista alicantina, que se inició en la especialidad a los 6 años al querer emular a sus primos, es ya una realidad. Su trayectoria durante los últimos años solo ofrece buenas expectativas. Marina apunta a convertirse en todo un referente del tenis de mesa español.

La jugadora alicantina disfruta, por fin, del verano. Entre sus obligaciones académicas y sus devociones deportivas, apenas encuentra tiempo para hacer todo aquello que es habitual en una joven de su edad, 17 años. «Claro que sacrifico mi diversión y mi libertad. Casi todos mis días están organizados al milímetro. Dispongo de muy poco tiempo libre. Hay días en que llega la noche y estoy derrotada. Pero me compensa. Mi pasión por este deporte lo compensa todo», apunta la deportista FER. Marina es una enamorada del tenis de mesa, aunque asume la condición de deporte minoritario. «Soy muy perseverante y luchadora, y tengo muy buenas condiciones técnicas; por contra, me falta ser más fría, más estratega, no precipitarme tanto». Así se autodefine la alicantina.

Marina Ñíguez regresó hace 20 días de Croacia, donde ha sido una de las cuatro españolas que ha participado en el Campeonato de Europa junior. Su resultado ofreció contrastes. No brilló en el torneo individual ni en el doble femenino, pero contribuyó directamente para que la selección española alcanzara la medalla de bronce en la competición por equipos, un hito que no se daba desde hace once años. Semanas antes, la deportista alicantina había completado brillantes actuaciones en el Nacional junior (oro en el torneo de dobles, bronce en la competición individual) y en el Nacional sub'23 (plata en dobles, bronce en individual). «Siempre se quiere más, claro. En ambas competiciones, me quede a las puertas de las grandes finales; pero, para ser mi primer segundo año como junior, son resultados bastantes positivos», comenta la representante del Proyecto FER, quien ya fue segunda en el denominado TOP 8, el certamen que reúne a las 8 mejores jugadoras juveniles de España.

Fan incondicional de Rafa Nadal y deseosa de visitar la ciudad de Nueva York, Marina Ñíguez seguirá siendo junior en el año 2017. Para la próxima temporada, sus objetivos son muy claros: «Proclamarme campeona de España para volver al Europeo junior y debutar en un Campeonato del Mundo. Y por supuesto, intentar ser más paciente cuando esté compitiendo. Son las ganas», afirma la alicantina.