«Soy Rubiel Palencia, el Piruña, de Manizales, y estoy aquí para animar a Nairo y Chaves». Así se expresaba ayer en Xàbia uno de los muchos seguidores colombianos que se dieron cita en la salida de la etapa de la Vuelta a España. Una ruidosa afición suramericana se acercó a la rampa de salida de la contrarreloj de la etapa de ayer y también destacó su presencia en la llegada en Calpe. Vitorearon todo tipo de consignas sobre sus corredores más carismáticos del pelotón, golpearon con fuerza las vallas de llegada a meta y ondearon su bandera nacional para animar a sus ídolos, en especial, al pequeño Nairo Alexander Quintana nacido en Boyacá.

No cabe duda de que Quintana jugó en casa y el factor campo, al menos en el fútbol, suele ser importante. Gracias a ese apoyo externo salvó la túnica roja ante un ciclón como el británico Christopher Froome, que también contó con algún paisano en el recorrido alentando su pedalear. Un minuto y 21 segundos los separan en la general a la espera de la jornada de hoy en Aitana. Más emoción, imposible.

Xàbia fue ayer una fiesta ciclista durante toda la mañana. Bueno, también un caos de tráfico para los lugareños, sobre todo para los menos amantes del ciclismo. En suma, un día histórico que será difícil de olvidar ya que se pudo ver un mano a mano entre Quintana y Froome, un pulso que ni siquiera pudo contemplar en el Tour de Francia, en el que el británico fue muy superior.

El denominado «Punto de Encuentro» de la Vuelta en la localidad de la Marina Alta se convirtió en un auténtico bazar en el que se podía encontrar desde un stand de la Costa Blanca, donde Diputación mostraba todas las singularidades de la provincia, hasta el de Carrefour, en el que se promocionaban productos frescos de la provincia, respetuosos con el medio ambiente, y «De Nuestra Tierra», su marca propia de alimentos típicos de la gastronomía nacional. La empresa de distribución, que repartió dos mil desayunos, estuvo representada en la jornada de ayer por Amparo Capilla, directora regional de Levante Sur, además de por Javier Bausset, Ignacio Alcalde y Miguel Gil. Varios alcaldes de la zona, como los de San Juan o Petrer tampoco faltaron a la cita.

Destacaba también una barbería, denominada Barbeshop, en la que varios ciclistas se cortaban el pelo antes de comenzar a competir, y una pequeña exposición con fotos de corredores que han sido algo en esta Vuelta a España a lo largo de su historia, desde Eddy Meckx, a José Manuel Fuente, pasando por Zootemelk, Bernad Hinault o el mismo Perico Delgado.

Entre los visitantes, un ganador del Giro de Italia, Stefano Garzelli, y, otro de la ronda nacional, Ángel Casero, muchos visitantes y amigos del ciclismo, curiosos e interesados por llevarse algún pincho a la boca o algún regalo de los distintos patrocinadores de la prueba que organiza Unipublic.

Está claro que no sólo de ciclismo vive la ronda española, pero también es cierto que cuando comenzó la competición la tensión subió enteros. El trajín entre los mecánicos era tremendo y los favoritos trataban de aislarse en sus autobuses o haciendo rodillo cuando la hora de la verdad se iba aproximando. A las 13.36 horas, con la salida del corredor canadiense del Orica, Sven Futl, que en la general se encontraba en ese momento a 4 horas, 34 minutos y 8 segundos del líder, comenzaba lo importante.

El maillot rojo partió desde Xàbia, un poco antes de la cinco, entre el estruendo de todos sus paisanos. Unos minutos antes habían salido su rivales en la lucha por el maillot rojo: Froome, Chaves y Contador.

Quintana se encontró por el camino a infinidad de compatriotas y banderas de su país, además de pintadas de ánimo. Bueno, y un campo de globos rojos, con forma de corazón, en las últimas rampas del alto del Pueblo Nuevo de Benitatxel.

Un duro recorrido que pudimos recorrer con Martínez Oliver como conductor, el almeriense ganó una contrarreloj en el Tour del 88 que ganó Perico Delgado, y como ayuda del ciclista de Caja Rural Prades. «El viento es muy fuerte y van a existir diferencias», auguró el excorredor de Kelme y no falló. Ya en Calp, el recibimiento de los ciclistas resultó apoteósico y en el podio los colombianos volvieron a ganar por goleada, aunque el cariño que recibe Alberto Contador también es digno de mencionar.

El «Parque de la Vuelta» en Calp, con distintas actividades, incluida una propiciada por la Policía Nacional con los más pequeños, pusieron el colofón a un día de fiesta.