Gran parte de la magia y del encanto del deporte motociclista radica en que muchas veces los resultados no coinciden con lo acontecido en la pista. Tras la carrera de Moto3 supongo que el valenciano Jorge Navarro se sentiría orgulloso de su actuación a lo largo de todo el fin de semana pero no contento con el desenlace final. En Silverstone dejó la impronta de su clase como piloto y confirmó que más pronto que tarde está destinado a convertirse en uno de los grandes. Dominó de forma abrumadora las tres tandas de entrenamientos libres y posteriormente en la oficial para parrilla una caída con el asfalto mojado le atrasaba hasta la decimoctava posición.

En carrera, tras una fulgurante arrancada empezó a remontar hasta colocarse líder hasta que a falta de dos vueltas para la conclusión de la prueba una maniobra desafortunada del italiano Andrea Migno provocó su caída, aunque no se deben cargar las tintas contra el italiano ya que se debe considerar esto como un lance de carrera en el que peor parado fue el de La Pobla de Vallbona. Lo que si que es evidente es que este GP en la categoría de Moto3 ha sido el mejor de la temporada con diferencia, precisamente en un fin de semana en que se ha hecho oficial el pase de Navarro la próxima temporada a la categoría de Moto2 encuadrado en la potente escuadra que dirige el excampeón mundial Fausto Gresini.

A nivel personal, ni puedo ni quiero negar que siento una debilidad especial por este piloto y los que me conocen o me siguen por las redes sociales saben que llevo años diciendo que le tenemos que ver proclamarse campeón del mundo. Lo conocí cuando tenía 12 años y desde un primer momento me deslumbró, tanto por su talento innato sobre la moto como por su desparpajo bajo de la misma. Fui testigo directo de su debut mundialista como wild card en el 2013 en Jerez de la mano de mi amigo Julián Miralles ya que éste me llamó para que les echase una mano en el circuito por lo que conviví de manera directa con el equipo todo el fin de semana y fue ahí donde me convencí de que mis predicciones respecto a su futuro como piloto no eran erróneas. Tomen nota de este nombre, Jorge Navarro Sánchez, que seguro lo van a ver proclamarse campeón mundial en un futuro inmediato. Yo ya he puesto una botella de cava en el frigorífico para celebrarlo.