El velocista jamaicano Usain Bolt confesó que espera estar «entre Muhammad Ali y Pelé» en el olimpo de los deportistas tras haber conseguido el oro en los 200 metros (19.78) y firmar un triplete olímpico histórico en esta categoría.

«No necesito probar nada más. ¿Qué más puedo hacer para demostrarle al mundo que soy el más grande?», dijo Bolt tras su victoria. «Espero ser uno de los mejores. Estar entre (Muhammad) Ali y Pelé. Espero estar en ese sitio tras estos Juegos», añadió el caribeño.

Bolt, que el pasado sábado se coronó en los 100 metros, sumó esta vez un nuevo oro en los 200, como hiciera en Pekín 2008 y Londres 2012. Marcando un ritmo sin rival, el jamaicano se relajó en la recta final del Estadio Olímpico de Río, sobre un tartán sensiblemente mojado por la lluvia. «Todas las medallas son especiales, pero el 200 es mi prueba favorita», confesó.

El jamaicano fue el único en bajar de los 20 segundos, algo de lo que se quedó lejos la mejor marca del año, un LaShawn Merritt, bronce en los 400 metros, que no vivió una buena experiencia en su «estreno» de los 200. La batalla por el podio eso sí fue de «foto finish», sobre todo por la estirada de Lemaitre, sexto en Londres 2012, quien se frotó los ojos al verse en el podio.

«Ha sido maravilloso. La energía que he tenido ha sido brutal. Están siendo increíbles estos Juegos. Estoy deseando que llegue mañana para volver aquí mañana. Prometo otro gran show en los relevos», aseveró Bolt, que compitió la pasada madrugada en la final de relevo 4x100, buscando añadir la tercera medalla de estos Juegos Olímpicos de Río. Bolt, que ostenta once títulos mundiales y ocho olímpicos, posee los récords mundiales de los 100 y 200 metros lisos y la carrera de relevos 4x100 con el equipo jamaicano contempla que estos sean sus últimos Juegos, aunque no ha asegurado nada. «Yo creo que estos son mis últimos Juegos», señaló.

Usain Bolt impuso su ley en los 200 metros con un tiempo de 19.78. Marcando un ritmo sin rival, el jamaicano se relajó en la recta final del Estadio Olímpico de Río, sobre un tartán sensiblemente mojado por la lluvia. Marcando un abismo con el resto, Bolt entró luciendo sonrisa a la vez que zancada en la que es su octava medalla de oro en unos Juegos. La plata fue para De Grasse (20.02) y el bronce para Lemaitre.

Camino del triple-triple

Usain Bolt, el atleta más carismático del mundo desde la retirada del estadounidense Carl Lewis, obtuvo una rotunda victoria en la final de 200 metros con una marca de 19.78 y se colgó su octava medalla olímpica de oro, camino del triple-triple.

El astro jamaicano se hizo acompañar en el podio por su amigo, el canadiense Andre de Grasse (20.02) y por el francés Christophe Lemaitre, que se llevó el bronce con la misma marca (20.12) que el español Bruno Hortelano fijó en la primera ronda como nuevo récord de España.

Aclamado por la multitud, que esta vez, a diferencia de la final de 100 metros, no llenó por completo las gradas del estadio olímpico, Bolt ofreció al mundo la enésima muestra de superioridad en el esprint, ya sea el puro o el sostenido, aunque no pudo regalar a sus incondicionales la gran marca que pensaba. Salvada sin contratiempos la salida, su fase de la carrera más débil, Bolt fue ganando terreno en la curva y llegó a la recta dos metros por delante de todos los rivales.