El nadador de aguas abiertas alicantino Jorge Crivillés consiguió cruzar el Canal de Molokai de Hawai y se convierte en el primer español en superar esta travesía. Con el apoyo de Asisa, Crivillés logró alcanzar la isla de Molokai tras 17 horas y 54 minutos, más del tiempo previsto inicialmente, a causa de las condiciones adversas del mar por los fuertes vientos, las corrientes y el alto oleaje.

Crivillés, que ha nadado a favor de los enfermos oncológicos de la Asociación Española de Afectados por Linfoma (AEAL), inició la travesía a las 5:45 (hora española, doce más hora local) en la costa de Kaluakoi y finalizó a las 23:38 en una cala junto a la playa de Sandy Beach. Al término del recorrido el nadador aseguró que: «Esta es la travesía más dura que he vivido, por lo que la recompensa es también mayor. Nunca me he sentido en peligro tanto como en este cruce, y, por primera vez, he pensado en dejarlo porque el grado de dificultad era extremo. Sin embargo, mi mejor decisión ha sido seguir hasta el final».

Una vez que la prueba fue validada por el juez, Jorge Crivillés recordó a los pacientes por los que nada y exhibió en la embarcación la bandera de los socios de AEAL, además de mostrarse muy agradecido por el apoyo y las muestras de cariño que ha recibido por parte de numerosos pacientes oncológicos, deportistas, amigos y profesionales de la salud durante los días previos a la prueba. El nadador se lanzó al mar aún con luz y con buenas condiciones meteorológicas, como vientos y corrientes a favor, aunque al adentrarse en el canal fue aumentando la intensidad del viento y el tamaño de las olas, que al alcanzar un tamaño de entre tres y cinco metros de altura hicieron peligrar la continuidad del cruce. Las condiciones adversas cobraron fuerza durante la noche y complicaron su llegada, cuyo punto final se cambió hasta en tres ocasiones. La decisión de cambiar la llegada corrió a cargo del capitán y juez de la prueba, Mike Twiggi-Smith, quien trató de evitar poner en peligro a Jorge Crivillés ante la imposibilidad de nadar hacia la costa durante un recorrido de varios kilómetros.

Tras varias horas luchando contra la corriente, el nadador alcanzó una pequeña cala situada junto a Sandy Beach con la ayuda del capitán, que tuvo que tirarse al agua para guiarle en un pasillo de rocas y evitar que resultara golpeado a causa de las olas.

La vida del nadador alicantino corrió serio peligro cuando tras duras horas luchando en el mar, al amanecer fue rodeado por un grupo de tiburones, aunque logró que los escualos cambiaran su rumbo sin llegar a atacarlo gracias a los dispositivos electrónicos que lo acompañaban. Tras finalizar la prueba, Jorge Crivillés regresó a la embarcación nadando junto a su equipo y el grupo navegó hasta el Waikiki Yacht Club, donde al nadador le esperaba su familia y las primeras felicitaciones que llegaron desde España, incluida la del presidente de Asisa, Francisco Iborra, quien quiso transmitirle la enhorabuena.