Los piragüistas españoles Saúl Craviotto y Cristian Toro, en K-2 200, y Alfonso «Sete» Benavides, en C-1 200, avanzaron ayer a sus respectivas finales en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, por lo que lucharán por nuevas medallas para la delegación española este jueves.

La pareja formada por el catalán, oro en K-2 200 en Pekín y plata en K-1 200 en Londres, y el gallego no falló en su estreno en la laguna Rodrigo de Freitas y consiguió imponerse en su serie (31.161), un triunfo que otorga el privilegio de avanzar de manera directa a la final sin tener que disputar las semifinales. La embarcación buscará presea a las 14.47 hora peninsular española.

En la otra de las dos series, los lituanos Aurimas Lankas y Edvinas Ramanauskas lograron la victoria y también el billete a la gran final, aunque invirtiendo más tiempo que la pareja española (31.755).

Por su parte, el balear Sete Benavides también logró el pase a la final del C-1 200 después de concluir en segunda posición en la primera de las semifinales, lo que le dio el billete sin tener que esperar a los tiempos.

El de Pollença, de 25 años, paleó cadencioso y con fuerza para concluir segundo con un tiempo de 40.038, mejor todavía que el crono de las series (40.610). Sólo el brasileño Isaquias Queiroz, entrenado por el español Suso Morlán -extécnico de David Cal-, pudo superarle (39.659).

De hecho, el palista local dominó los tiempos en las semifinales, por delante del georgiano Zaza Nadiradze (40.146), el ruso Andrey Kraitor (40.394) y el propio Benavides, que concluyó con el cuarto mejor crono. A las 14.23 hora peninsular española de este jueves, Sete luchará por la medalla.

Última esperanza

Mientras, la gallega Tamara Echegoyen y la cántabra Berta Betanzos, que tripulan un 49er FX, clase que debuta en los Juegos de Río 2016, son ya la única esperanza del equipo nacional para que la vela prolongue esta tarde (19.25) su racha de sumar medallas al palmarés olímpico español.

Echegoyen, que ejerce de patrona, y Betanzos, de tripulante, afrontaban un programa en el que su clase tenía fijado cerrar la competición en la bahía de Guanabara, pero esta última jornada del jueves se ha convertido para la delegación española en muy trascendental.

Se empezó en la Marina de Gloria, sede de la vela, con embarcaciones en nueve de las diez clases olímpicas, pero todas han ido concluyendo su participación y en general con más pena que gloria. Solo las tablas de vela (RS:X) han competido a buen nivel aunque sin llegar tampoco a los objetivos deseados, ya que el alicantino Iván Pastor entró en la «Medal Race» pero se quedó noveno, a un puesto del deseado diploma que se le resiste ya en cuatro Juegos.

La otra representante del windsurf, la sevillana Marina Alabau, no pudo revalidar el título de campeona olímpica logrado en Londres 2012 y fue quinta en la general, aunque tuvo opciones de oro hasta la regata final.

Los 470 masculino y femenino, los Láser masculino y femenino y la debutante clase mixta Nacra 17 no llegaron ni ha entrar en las 'Medal Race'. Sí ha desarrollado un buen papel el 49er de dos jóvenes debutantes olímpicos, el cántabro Diego Botín y el gallego Iago López, quienes entraron en la regata final del jueves con opciones incluso de llegar la quinta plaza de la general.