Río 2016 sirvió para ensanchar la historia a la que se adentró el británico Andy Murray, el primer bicampeón individual de la historia, y a la puertorriqueña Mónica Puig, la sensación del Centro Olímpico de Tenis e inesperada ganadora del torneo femenino.

Pero, además, los Juegos brasileños rehabilitaron al español Rafael Nadal, del que apenas había noticias desde el parón obligado por la lesión en su muñeca y, sobre todo, al argentino Juan Martín del Potro, que salió de la competición con la medalla de plata colgada al cuello pero con un panorama de esplendor y un prometedor y rápido retorno a la elite.

Andy Murray, tras una final dramática, se aferró al oro que encontró en Londres 2012. Tras más de cuatro horas de enconada lucha acaparó el triunfo para situarse como el primer jugador en la historia del tenis olímpico, de un torneo individual, masculino o femenino, que consigue estar dos ocasiones en lo alto del podio.

Con esas perspectivas llegaron también las hermanas Venus y Serena Williams y Rafael Nadal. Las hermanas de Florida cayeron de forma precipitada, mucho antes de alcanzar el tramo decisivo del torneo. El español resistió hasta la semifinal.

Murray es ya el único jugador en la historia del tenis olímpico en ganar dos medallas de oro consecutivas. Hasta ahora, la única situación similar en el tenis olímpico llegó en los dobles femeninos. Tanto las estadounidenses Gigi Fernandez y Mari Jo Fernandez como las hermanas Venus y Serena Williams lograron defender con éxito el título olímpico.

El número 1 del mundo, Novak Djokovic, fue superado por Juan Martín del Potro, un hombre aferrado al drama que salió reforzado de Río. El tenista argentino abrazó la magia olímpica para disfrutar de un evento que le devuelva al plano principal de la escena. Cayó frente a Murray en una final brutal.

Pero el tenis se ha reconciliado con el argentino que advierte la intención de entrometerse de nuevo en la puja de por los grandes torneos que monopolizan desde hace tiempo Djokovic y Murray dado el desliz prolongado en el que están inmersos Roger Federer y Rafael Nadal.

El balear, sin embargo, mostró estar dispuesto a volver a hacer grandes cosas. Durante más de dos meses distanciado de los torneos, en plena recuperación de su muñeca izquierda, volvió plagado de dudas. Llegó exhausto mental y físicamente a la pelea por el bronce que al final logró el japonés Kei Nishikori. No obstante, el español sale rehabilitado para el tenis, para la competición y para el éxito.

Un ciclón en el cuadro femenino

De forma inesperada una portorriqueña hizo historia. Mónica Puig, que llegó a Río desde el puesto 34 del ránking, sin ningún tipo de repercusión y con un titulo en Estrasburgo como único mérito, se hizo con el oro. Pero fue un ciclón en el cuadro femenino. La primera mujer medallista en unos Juegos y la única medalla de oro olímpica en la historia de Puerto Rico fue aire fresco en el torneo. La jugadora de 22 años fue la imagen de la creencia y de la fe. Por sus manos cayeron jugadoras como la checa Petra Kvitova, la española Garbiñe Mugurza y en la final, la alemana Angelique Kerber, segunda tenista del mundo.

El tenis de Río también recompensó a la veterana Venus Williams, plata en dobles mixto de la competición que terminará su carrera olímpica con cinco medallas al cuello.