La selección española de waterpolo se liberó del peso de la derrota de la primera jornada ante Italia con un triunfo difícil y que exigió un trabajo máximo ante Estados Unidos (9-10), que aún no conoce el triunfo.

Fue un partido denso y bronco, que terminó con los jugadores estadounidenses y el banquillo español dedicándose mutuamente gestos de desagrado.

Tres goles fue la mayor ventaja que tuvo España, que debía ganar no solo para encaminar el camino a los cuartos de final, sino también para evitar en ellos a Serbia.

Minutos de mucha tensión

Con Estados Unidos arriba 7-6, la tensión se tradujo en una tarjeta amarilla al banquillo rojo, pero Muñárriz y Español, el segundo en superioridad, permitieron a su equipo empezar el definitivo cuarto con un margen mínimo.

España reservaba lo mejor para el final: Muñárriz, desde muy lejos, y Ballarach, que puso la firma a una elaboradísima jugada de todo el equipo, en superioridad, consiguieron la máxima ventaja de todo el partido, 7-10.

El fallo de España en dos superioridades, más un gol de Bonanni a tres minutos y medio del final y otro de Bowen cuando el marcador ya contaba en segundos (9-10), hicieron temer por una repetición de lo ocurrido en la primera jornada, cuando España perdió en los últimos minutos ante Italia una ventaja preciosa.

Gabi Hernández pidió tiempo y esta vez no hubo ocasión de lamentar males mayores.

Croacia, Francia y Montenegro serán los rivales de España en los próximos encuentros.