La española Fátima Gálvez perdió ayer el partido de la medalla de bronce en tiro en la modalidad de foso olímpico al caer ante Corey Cogdell en el desempate.

Tras los quince lanzamientos reglamentarios, ambas tiradoras acertaron trece platos y fallaron otros dos y, en la ronda de desempate, Gálvez perdió su primer disparo, después de que su rival hubiera acertado.

La cordobesa de 29 años, actual campeona mundial, mejoró su resultado de los Juegos de Londres 2012, cuando terminó en la quinta posición.

Gálvez se quedó fuera de la serie del oro por un plato y después, en el partido por el bronce, dejó escapar la medalla en el desempate, considerado como una lotería por las competidoras.

La española falló el primer tiro en el tercer lanzamiento, la disputa se igualó con un fallo de Cogdell en el quinto; después se puso delante en el antepenúltimo lanzamiento, por un error de Cogdell, pero la cordobesa falló el suyo en el penúltimo y la lucha se decidió en el desempate.

Río 2016 es la segunda participación de Fátima Gálvez en los Juegos Olímpicos, después de Londres 2012, en los que quedó en quinto lugar y obtuvo el respectivo diploma olímpico.

El año pasado se coronó campeona del mundo en Lonato (Italia) y también se colgó la medalla de oro en los que fueron I Juegos Europeos, en Bakú (Azerbaiyán).

«La diferencia entre la que gana medalla y la que no, es un plato. En el último tuve mala suerte y creo que lo movió un poco el viento, qué se le va a hacer», afirmó.

La cordobesa reconoció estar «asimilando» una cuarta plaza que le servirá como lección de cara a otras competiciones. Además, la campeona del mundo en 2015 valoró haber estado «muy cerca» de las mejores en sus segundos Juegos Olímpicos, mejorando la quinta posición de Londres 2012.

«Estoy asimilando el cuarto puesto. Yo no lo he pasado tan bien como vosotros, pero he estado peleando hasta el último plato y he estado muy cerca. Aprenderé de esto para la próxima ocasión», finalizó.

La australiana Catherine Skinner ganó la medalla de oro. Skinner se impuso en la final a la neozelandesa Natalie Rooney con un marcador 12-11, en una competición muy igualada, que se decidió en los últimos disparos. Este es el tercer oro para Australia.