La afición por deslizarse sobre ruedas engancha a quien lo prueba. Los distintos tipos de patinaje congregan tanto a skaters (usuarios de monopatín) como rollers (de patines), e, incluso, como parte de una comunidad tradicionalmente minoritaria pero que ahora está cobrando mucha fuerza, a aquellos que se decantan por el patinete.

Alicante es una ciudad que cuenta con espacios ideales para la práctica de este tipo de actividades, zonas que en absoluto se limitan al skatepark que existe en el Tossal. Lugares como el Paseíto Ramiro, la plaza Séneca o la nueva instalación para este deporte que se ha creado en el paseo de Niza congregan a los aficionados. También a lo largo de la provincia podemos encontrar numerosas áreas dedicadas al monopatín, como el skatepark de La Nucía, que está considerado uno de los mejores que existen en España. En el de Santa Pola, por poner un ejemplo, los jueves se hacen quedadas en las que los patinadores locales se juntan con los Old Gangsters, el equipo de la alicantina tienda Picnic. Para los que prefieren calzarse los patines en línea, el club Alicante Freeskate lleva a cabo la denominada ruta PEZ. En este trayecto, los veteranos ayudan a los novatos y el nivel mínimo requerido, según el foro del propio club, es «mantenerse en pie... y si no, algo haremos». La ruta es ideal para que quienes han empezado hace poco cojan seguridad y vayan adquiriendo habilidades como frenar, todo ello en un ambiente en el que van a recibir el apoyo que necesiten. También es una buena oportunidad para hacer deporte en familia.

La práctica de estas actividades tiene un impacto beneficioso en el organismo. Aparte del ejercicio cardiovascular (una hora de patinaje puede quemar entre 500 y 600 calorías), a nivel puramente físico se potencian la resistencia, la fuerza, la flexibilidad, y, sobre todo, la coordinación. Además, también cuenta con puntos positivos a nivel mental, ya que es un deporte en el que el progreso, aunque lento, resulta visible y la primera vez que un skater consigue saltar, grindar o caer su primer truco obtiene una gran sensación de superación personal, acompañada de una visible satisfacción. Por último, también hay beneficios en el plano social, ya que es muy habitual que se practique en grupo.

El skate se centra más en pasar considerables periodos de tiempo en un lugar que tenga elementos urbanos útiles como barandillas, escaleras, bancos o cajones (estos puntos se llaman "spots") o en skateparks, mientras que los rollers pueden tanto usar esos espacios como sencillamente rodar por la ciudad, como hace la ruta PEZ. Los usuarios de patinete se dejan ver menos por los skateparks y más por entornos urbanos debido a la considerable dificultad que entrañan sus movimientos y al menor número de practicantes, aunque esta última barrera está desapareciendo a buen ritmo ya que cada vez se ven más personas que lo eligen.

Respeto

Las indicaciones más comunes a la hora de practicar estas actividades se basan en respetar a los vecinos y al entorno. Los consejos incluyen no patinar en plazas o parques a horas donde es posible que haya personas durmiendo, prestar atención a posibles peatones (sobre todo niños en zonas cercanas a juegos infantiles) o cuidar el mobiliario urbano. En caso de no seguirse esas indicaciones, es probable que los deportistas acaban recibiendo la visita de la Policía o tengan un enfrentamiento con los vecinos.

Además, en el periodo estival, como en cualquier otro deporte, es especialmente recomendable tener cuidado con la excesiva exposición al sol, hidratarse con frecuencia y evitar la actividad física intensa en las horas centrales del día. De ese modo se evitarán sorpresas desagradables mientras se disfruta sobre ruedas.