Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro quedaron oficialmente inaugurados esta pasada madrugada tras cuatro años de larga espera para abrazar la mayor cita deportiva de cuantas se celebran en el mundo. Una colorida y original ceremonia de inauguración envuelta en un mensaje de tolerancia y un viaje por la historia y la cultura de Brasil alzó el telón a la una de la madrugada -hora española- a la 31 edición de los Juegos Olímpicos, los primeros de la historia que se celebran en suelo sudamericano y que se alumbran en un escenario distinto al estadio olímpico: el estadio de Maracaná.

Río 2016 abre las puertas a 16 días de gestas e imágenes para la historia del deporte marcado por los numerosos problemas que han rodeado a su organización y con extremas medidas de seguridad antiterrorista. En cuanto a las protestas contra los Juegos, antes de la jornada inaugural se celebraron dos manifestaciones que poca repercusión tuvieron en el mayor acontecimiento deportivo del planeta. Poco o nada queda de la ciudad que en octubre de 2009 privaba a Madrid de su sueño olímpico. En aquel momento Río era una apuesta al alza, pero ahora se encuentra en una tesitura diferente: crisis política, problemas de seguridad, ya no sólo en las calles sino también por la amenaza yihadista, el virus zika que ha dejado fuera a gran número de tenistas y golfistas principalmente, o los problemas con sus sedes, como el acabado express de la Villa Olímpica o el estado de las aguas donde se competirá en vela.

Todos estos problemas comenzaron a ser olvidados anoche con la celebración de la ceremonia inaugural ante más de 50.000 espectadores y 20.000 atletas, voluntarios y medios de comunicación. Durante más de 15 días se vivirá la mayor fiesta deportiva del planeta, con la ausencia de muchos atletas rusos por la sospecha del dopaje pero con un equipo en representación de los refugiados. En total, cerca de 10.500 deportistas competirán en Río, de los que 306 -163 hombres y 143 mujeres- representarán a España en un total de 25 disciplinas.

La ceremonia de inauguración «más cool» de las últimas citas olímpicas arrancó la 1.00 de la madrugada, al borde del cierre de esta edición y con la delegación española partiendo en la posición 69 (estaba previsto que empezara a desfilar a partir de las 2.40 h.) al rebufo de su abanderado, el tenista Rafa Nadal. Sus creadores quisieron trasladar al mundo «un mensaje con corazón» e invitar a las personas a «buscar similitudes y terminar con los ataques al planeta» a partir de los tres pilares en los que basaron la ceremonia: «la naturaleza, la diversidad y la alegría», rasgos que reflejan la realidad de Brasil. El equipo artístico de la ceremonia inaugural, celebrada en Maracaná entre infinidad de fuegos artificiales y en la que participaron más de 5.000 voluntarios, 300 bailarines y 200 músicos, abrió el espectáculo con una impresionante batucada que dio paso a la escenificación del nacimiento de la vida y de la historia de Brasil, un espectáculo donde la música y el baile tuvieron un protagonismo capital.

Estaba previsto que fueran 207 las delegaciones olímpicas que desfilaran sobre el estadio, donde anoche se posaron los ojos de 3.000 millones de personas por televisión.