Igualar o superar las 17 medallas de Londres 2012 es el deseo con el que los dirigentes deportivos españoles afrontan los Juegos de Río, ciudad a la que empezaron a desplazarse este viernes los deportistas clasificados.

Tras un ciclo olímpico en el que las federaciones vieron recortados sustancialmente sus ingresos, todo lo que sea no empeorar los resultados de hace cuatro años será considerado un éxito y un mantenimiento del nivel deportivo general.

Los técnicos del Consejo Superior de Deportes han calculado que la delegación española tiene 46 posibilidades de medalla. De ellas, lo normal es que se concrete entre la mitad, en el mejor de los casos, o la tercera parte, según cálculos más conservadores.

El presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, poco aficionado a concretar número de medallas, también aludió esta mañana, antes de viajar a Río, al referente de anteriores Juegos.

«Llevamos dos años últimos en los que hemos superado el ciclo de Londres y de Pekín en medallas de modalidades olímpicas. Si ahora llegamos allí y no salen los resultados, no podemos rasgarnos las vestiduras», avisó.

«Tenemos a deportistas en varios deportes que son los números uno del mundo, no les podemos juzgar solo por una competición. Estoy seguro de que saldrá bien, pero no hay que cuantificar el resultado por una medalla más o una menos», agregó.

La nadadora Mireia Belmonte es la gran referencia del equipo español de natación en los Juegos Olímpicos de Río, donde la badalonesa tratará de convertir en oro la plata lograda en Londres 2012, el gran reto por el que ha trabajado estos cuatro años, liderando una generación que presenta hasta 23 miembros. La nadadora del UCAM Murcia, triple campeona del mundo, arrasó en el último Campeonato de España.