La revolucionaria llegada de Pokémon Go al mercado ha supuesto un paso adelante en muchos aspectos. Algunos son puramente técnicos, como la inclusión de la realidad aumentada, pero su característica diferencial es la capacidad de sacar a los usuarios a la calle. Personas con estilos de vida más sedentarios se han visto «arrastradas» a recorrer sus ciudades, persiguiendo pokemons, gimnasios y pokeparadas.

Aunque el gran mérito del juego sobre las simpáticas mascotas bajo el paraguas de Nintendo ha consistido en esa movilización de su base de usuarios, no es, ni mucho menos, el primer juego que ha mezclado las consolas con el deporte. La plataforma Wii se ha caracterizado por plantear títulos que obliguen al jugador a moverse mucho. La salida de Wii Sports, en diciembre de 2006, dio el pistoletazo de salida a un género totalmente nuevo que ha acabado haciéndose un hueco en las estanterías de mucha gente. Con cinco deportes disponibles, el usuario puede elegir entre practicar, en su propio salón, boxeo, béisbol, bolos, tenis o golf. Para ello hay que imitar los movimientos que se harían en la vida real con dos mandos y un sensor que capta las posturas del jugador.

Tras un éxito importante en críticas y ventas, el título dio paso, en 2007, a la apuesta definitiva por combinar deporte y juego: Wii Fit. Este título venía acompañado de un periférico llamado Wii Balance Board que percibe la presión que se ejerce sobre ella, calculando desde esa información cómo se mueve el usuario que está sobre ella. Basándose en eso el juego planteaba una gran cantidad de ejercicios físicos, basados principalmente en el aerobic, que incluso monitorizaba los progresos del jugador.

La consola ha seguido sacando títulos que fuerzan al usuario a mantenerse en movimiento, como Just Dance, un videojuego de baile de la compañía Ubisoft, que también está disponible para las Xbox 360 y One y las Play Station 3 y 4. Este juego fue el primero de una saga que cuenta con 26 títulos diferentes, el más vendido de los cuales es Just Dance 2. En éste último, un modo llamado Just Sweet cuenta incluso las calorías perdidas con cada coreografía.

Apps

Además de los propios videojuegos, la tecnología móvil se ha revelado muy útil para cubrir distintos aspectos en el ámbito de la salud y el deporte. Aplicaciones para móvil como Runtastic están basadas en el principio de llevar tu propio «personal trainer» en el bolsillo. Permite hacer un seguimiento detallado de tus entrenamientos, aportando estadísticas y análisis de las mismas. Otras, del estilo de AppdelgazaTech buscan cubrir una función más similar a la del dietista. Combinada con la app MyFitnessPal, que calcula las calorías ingeridas en un día, la aplicación nos dice cuántas calorías podemos llegar a consumir para poder perder peso. También nos muestra los resultados en gráficas para que podamos apreciar nuestra evolución a lo largo del tiempo.

Pros y contras

Pese a los indudables beneficios que tienen los videojuegos, han adquirido una fama muy negativa desde el punto de vista de la salud. Los jugadores suelen ser etiquetados como obesos, sedentarios y adictos. Si bien estos son efectivamente algunos de los efectos que tiene el abuso del ordenador y las consolas, y por ello conviene emplear un tiempo racional y no excesivo para su uso, este tipo de entretenimiento también posee características muy favorecedoras. Algunos ejemplos son la mejora en el tiempo de reacción y en la toma de decisiones, la resolución de problemas, la memoria o la capacidad multitarea.

No obstante, el abuso puede, efectivamente, conducir al sedentarismo (y éste a la obesidad), abandonando o prestando menos atención a aspectos como estudios o deporte. El debate entre partidarios y detractores de los videojuegos viene de largo, y ambos tienen sólidos argumentos.