La encarnizada rivalidad que en su día mantuvieron el estadounidense John McEnroe y el checo Ivan Lendl se trasladó, 30 años después, a los banquillos, con la disputa entre sus pupilos, Raonic y Murray, respectivamente, de la final de Wimbledon. En las décadas de los 80 y 90 McEnroe y Lendl, dos de los mejores tenistas del momento, se vieron las caras en más de 60 ocasiones, forjando una competencia única e inigualable que se extendía fuera de las pistas con polémicas declaraciones. efe londres