Bélgica, favorecida por los errores defensivos del rival, explotó al fin sus recursos ofensivos, goleó a Hungría en el estadio de Toulouse y entra en cuartos con la vitola de favorita. El equipo de Marc Wilmots, que siempre ha parecido estar por debajo de las expectativas que despierta, comienza a asumir su condición de candidato al título, por más que aún no logre cuadrar un actuación redonda. Y es que a esta selección belga le cuesta controlar los partidos por la misma composición de un once en el que más de medio equipo sólo piensa en atacar. Si le sale bien, puede arrollar a su rival.