LA derrota contra Croacia (2-1) en la última jornada del grupo D de la Eurocopa 2016 dirige a la selección española a la zona del cuadro más exigente del torneo, con Italia ya a la vista en los octavos de final, el lunes en París, pero con Alemania, Francia o Inglaterra también por ese camino. España, imponente en las dos primeras jornadas, primero contra la República Checa (1-0) y después frente a Turquía (3-0), se complicó la vida. Ante Croacia y en un momento inoportuno.

Tras sufrir la remontada ante los croatas, la Roja es segunda de grupo, fuera de su primer objetivo, aunque el acceso a octavos rebaje el impacto; sin el pleno de triunfos que buscaba -sólo lo había logrado una vez anteriormente, en 2008, a lo largo de su historia-; y con una derrota que ensombrece su futuro porque ayer perdió en Burdeos algo más que el primer puesto.

De la inmejorable opción que surgía del liderato, con el duelo de octavos frente a un tercero, con posibilidades de adversarios procedentes de los grupos B (Eslovaquia), E (Bélgica, Suecia o Irlanda) o F (Islandia, Portugal, Hungría o Austria), o del cruce de cuartos con el ganador del Suiza-Polonia, a medirse, como lo hará ahora en la siguiente eliminatoria, de inmediato, con Italia.

Al término del partido, y afectado por la derrota, el seleccionador Vicente del Bosque intentó quitarle hierro y aseguró que el equipo está listo «para darle la vuelta a la situación». Agradeció «el esfuerzo» de los jugadores y disculpó a De Gea por el 2-1 de Perisic que pasó junto a su palo y a Sergio Ramos por fallar el penalti con 1-1.