La baja de Óscar López ha cogido por sorpresa a un amplio sector de la afición del Alcoyano. El central, que venía de disputar 25 partidos de la Liga regular, se encontraba entre los más valorados y queridos por la grada, una condición ganada a pulso durante las cuatro últimas temporadas a base de solvencia y compromiso.

Con todo, el valenciano se veía venir el desenlace desde hace un tiempo. «Sinceramente me lo esperaba puesto que el verano pasado se me ofreció una renovación que se iba postergando en el tiempo. Luego se dejó para diciembre y con el devenir de los acontecimientos sabía que este iba a ser el final. No llevo dos días en el fútbol, tengo 32 años y sé cómo funciona esto», explicó.

El defensor, en cualquier caso, se marcha «tranquilo y con la cabeza muy alta. Ahora toca esperar y elegir la mejor opción», dijo.

Óscar López señaló al entrenador, Toni Seligrat, como único responsable de la ausencia de una propuesta de renovación. «Desde el club se me comentó que sí contaban conmigo pero que el míster es quien al final ha tenido la última palabra por sus criterios deportivos. Ha sido una decisión técnica. Esto es fútbol. No hay más historia».

El futbolista zurdo destacó el aprecio que siempre ha recibido por parte de la afición. «Es lo que me llevo de Alcoy. El trato ha sido increíble, me he sentido un alcoyanista más. El cariño que he tenido y ahora con el anuncio de que no iba a continuar me ha alegrado mucho. Me siento orgulloso del trabajo porque veo que se me valora», concluyó Óscar López.