El Comité de Disciplina de la UEFA multó ayer con 100.000 euros a Croacia por los incidentes causados por sus ultras en el partido de la Eurocopa contra la República Checa del pasado día 17 y condicionará la venta de entradas a sus aficionados radicales a que no haya nuevos altercados.

El organismo se mostró más magnánimo con los croatas de lo que la semana pasada había sido con Rusia, a la que amenazó de exclusión de la competición en caso de reincidencia tras los disturbios causados por sus aficionados en el estadio Velódromo de Marsella tras el partido contra Inglaterra del pasado día 11.