De Iker Casillas, ayer suplente por primera vez en el estreno de un gran torneo de la selección española desde que agarró la titularidad allá por 2002, a De Gea, un tipo tranquilo, como lo demostró en su debut en la Eurocopa desde el inicio del calentamiento, del que se marchó antes al vestuario.

Mientras Iker Casillas y Sergio Rico detenían, despejaban o esperaban los lanzamientos de los futbolistas ofensivos de España, De Gea ya estaba en la caseta para prepararse para el comienzo del encuentro, con sus compañeros ultimando calentamiento en el césped.

Dos camisetas rojas gigantescas (de España y República Checa), el símbolo de la Eurocopa, movidos por unos cien jóvenes al ritmo de la música sobre el terreno de juego, la bienvenida de Toulouse al torneo, amenizaron los momentos previos, todos expectantes ante el estreno. Dentro, en el vestuario del estadio, la última charla antes del encuentro; fuera noventa minutos frente a la República Checa.

De Gea saltó el campo el segundo de la fila, sólo por detrás de Sergio Ramos, el capitán de la selección, escuchó con gesto serio, concentrado, los himnos de uno y otro equipo, enlazado a su derecha con Gerard Piqué y a su izquierda por Sergio Ramos, dos de los hombres más importantes y con más carisma del vestuario español.

De amarillo, con el número 13, saludado por sus compañeros, abrazado por Jordi Alba durante unos segundos, por Cesc Fábregas, besado por Juanfran Torres... Se colocó los guantes, se acercó al árbitro polaco Szymon Marciniak para comprobar el balón y su presión y se dirigió a su portería. Toco un palo, otro, se movió, saltó...

Y se preparó, camiseta por fuera, para parar. Sin tocar la pelota más hasta justo el minuto 24, para despejar con el pie derecho un pase atrás de Juanfran Torres. Once después atrapó con calma un balón largo de su rival, en el 42 se la cedió Jordi Alba y se la devolvió y en el 44 detuvo un tiro centrado de Tomas Necid.

Nada más en todo el primer tiempo, alguna voz a sus compañeros para el repliegue. Mientras, en el otro área, Petr Cech ya había despejado dos ocasiones de Morata, otra a Jordi Alba, había repelido un duelo individual contra David Silva.... Luego, en el segundo, hubo más ocasiones de España mientras De Gea era casi un espectador.

Su debut en la Eurocopa ya es un hecho. Ante 33.000 espectadores en Toulouse.