La española Jessica Vall logró ayer la segunda medalla para la natación española en las pruebas en línea de los Europeos de Londres, tras colgarse la plata en la final de los 200 braza.

Una medalla que vino acompañada de un nuevo récord de España, ya que Vall tuvo que rebajar en 20 centésimas la plusmarca nacional que ella misma poseía desde los pasados Mundiales de Kazán 2015, para subir al segundo escalón del podio con un tiempo de 2:22.56.

Tiempo que dejó a la española a tan sólo 87 centésimas de la medalla de oro, que fue para la gran favorita, la danesa Rikke Moeller Pedersen, que revalidó el título continental que logró hace dos años en Berlín con una marca de 2:21.69

Una desventaja que Jessica Vall no pudo enjugar, pese a que como ya es habitual, la española fue más rápida que sus rivales en los dos últimos largos de la prueba.

Táctica que permitió a Vall -que superó los primeros 100 metros en quinta posición, a casi un segundo -0.92- de la británica Molly Renshaw, que lideraba en ese momento la prueba- ir poco a poco mejorando posiciones.

Una remontada que llevó a la nadadora del Sant Andreu a afrontar los últimos 50 metros en tercera posición, a tan sólo 31 centésimas de la británica, que había perdido ya la primera posición en beneficio de la danesa Rikke Moeller Pedersen.

Una desventaja que, brazada a brazada, Jessica Vall fue reduciendo hasta adelantar, primero, a Renshaw, que finalmente tuvo que conformarse con la cuarta plaza, y amenazar, incluso, el triunfo de Pedersen, que tuvo que exigirse al máximo para resistir el empuje final de la española en los últimos metros.

Un metal que permite a Jessica Vall, no sólo no bajarse ya del podio, sino mejorar el bronce logrado en los Europeos de Berlín 2014 y los Mundiales de Kazán 2015, y lo más importante, soñar, con un nuevo éxito en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, para los que se ha convertido en una gran baza de la natación española con miras al medallero final.