Álvaro Arbeloa disputó el último partido de su carrera con el Madrid en el estadio Santiago Bernabéu, donde vivió momentos imborrables en una despedida como un grande, ganador de todos los títulos de club posible, en un baño de masas del madridismo que premia la profesionalidad, entrega y haberse convertido en la voz de la afición. A falta de dos partidos por cerrar su etapa en el Real Madrid, Arbeloa disfrutó de uno de los momentos de su vida con una despedida que jamás pensaría tener cuando crecía en la cantera de La Fábrica. El futbolista que forzó su salida porque veía cortado el paso al primer equipo, se marchó al Deportivo de la Coruña para crecer y alcanzó su dimensión en el Liverpool inglés antes de regresar a su casa, se marcha como un líder del madridismo. Referente en cada defensa pública del club blanco. Era el 63 cuando saltó a calentar y sintió que le esperaba uno de los momentos más especiales de una carrera con imágenes para el recuerdo en la conquista de todos los títulos que puede ganar un futbolista. Dos Ligas, una Copa de Europa, Mundial de Clubes, Supercopas de España y Europa. Su historial refleja el éxito de su carrera en el Madrid. ROBERTO MORALES MADRID/EFE