Muchos son los llamados, pero sólo uno el elegido para llegar de rosa a Turín. Tres semanas por delante y para empezar una contrarreloj individual cercana a los diez kilómetros en tierras holandesas. En el Giro de Valverde, Chaves, Landa y Dumoulin, Vincenzo Nibali es el único que ha llegado a Milán vestido con la túnica rosa y aspira a repetir. Va a ser un bonito pulso entre la veteranía del «tiburón» Nibali y Valverde y la fuerza en la montaña y cronos de los depredadores Landa, Chaves o Dumoulin. No podemos dejar de lado a otros aspirantes como Majka, Hesjedal, Zakarín, Pozzovivo o Rigoberto Urán. Todos ellos están dispuestos a escribir páginas de gloria en la carrera transalpina que ha sido ganada en las tres últimas ediciones por Nibali, Quintana y Contador, lo que demuestra que la prueba tiene un nivel importante y cualquiera no puede llevarse a sus vitrinas el trofeo de ganador.

Como siempre, los Dolomitas y los Alpes dictarán sentencia con cinco llegadas en alto, tramos de tierra, una contrarreloj de 40 kilómetros y dos soberbias etapas: la catorce, que atraviesa seis míticas cimas como Pordoi, Sella, Gardena, Campolongo, Giau y Valparola, y la penúltima, que en 134 kilómetros la organización ha acumulado más de cuatro mil metros de ascensión en tan sólo tres puertos. Una barbaridad.

Dieciséis españoles en la línea de salida de Apeldoorn y el ibense Rubén Plaza, que aunque parte como lugarteniente del colombiano Esteban Chaves, tendrá la oportunidad de dejarse ver en alguna jornada. En su palmarés falta una etapa en el Giro, ya las tiene en el Tour y Vuelta, y, a sus 36 años, no va a desaprovechar la oportunidad.

Junto al ibense otros 15 corredores españoles toman la salida en la prueba italiana: Igor Antón y Omar Fraile (Dimension Data); David de la Cruz y Carlos Verona (Etixx); Alejandro Valverde, José Joaquín Rojas, José Herrada y Javier Moreno (Movistar); Amets Txurruka (Orica); Mikel Landa, Mikel Nieve y David López (Sky); Jesús Hernández (Tinkoff) y Julen Amezqueta y Cristian Rodríguez (Wilier).