¿Cómo pasa un exnúmero uno de la ATP a las previas del World Pádel Tour? ¿Echa de menos la alta competición? Debe de ser algo que se lleva en la sangre...

Sí; sobre todo eso. Practicar un deporte más o menos en serio como el pádel me hace volver a sentir los momentos previos a los partidos, viajar a los torneos... También es diferente poder estar con un compañero, ya que el tenis suele ser un deporte solitario. El pádel tiene todos estos ingredientes que me motivan: competir, estar con otro jugador, volver a entrenar con determinados objetivos y por eso estoy jugando.

La pasión por el tenis la mantiene intacta...

Por supuesto. El tenis es mi deporte y siempre lo será. Lo demás son hobbys, que pueden ser más o menos serios, y juego al pádel por pura diversión. Este año voy a disputar siete u ocho torneos del sénior ATP y seguiré activo en el tenis porque tengo academias por todo el mundo, en China y Sao Paulo, y me tengo que mantener muy enchufado porque es el deporte que he practicado toda la vida.

A un tenista siempre le será más fácil adaptarse al pádel...

Sobre todo al empezar, sí. Los movimientos son bastante parecidos. Un jugador de tenis siempre va a estar bien coordinado de pies y manos y comenzar en un deporte de raqueta le resultará más sencillo que en cualquier otra disciplina. Después, progresar y jugar más o menos bien obliga a cambiar bastantes cosas: los efectos, cómo coger la pala... Todo eso se adquiere conforme juegas más, entrenas y compites en torneos.

Son dos deportes de raqueta, pero obviamente distintos. ¿Qué es lo que más le cuesta para adaptarse a las cuatro paredes del pádel?

Eso mismo, las paredes, y el hecho de jugar en una pista bastante cerrada, así como sus dimensiones reducidas y tener que jugar sólo en media pista.

No para de crecer el pádel, un deporte social y muy popular. ¿Cuáles son las claves?

Pues eso, que es muy social y bastante sencillo iniciarse. En cambio, el tenis es difícil juntar a dos o cuatro personas para pasarlo bien porque el nivel tiene que ser bueno para disfrutar en la pista. En el pádel ya te lo puedes pasar bastante bien aunque seas de iniciación. Eso hace que la gente se enganche antes que en el tenis, que requiere mucha precisión y necesitas coordinación y físico para estar bien.

Junto a Borja Francés compiten al máximo nivel en la Comunidad, pero aún les falta un escalón para llegar al cuadro final del World Pádel Tour...

Sí. El nivel está muy alto. Hemos jugado cuatro torneos del WPT y en dos de ellos llegamos a la última ronda de la pre previa jugando buenos partidos. En Valencia perdimos 7-6, 7-6 con Capitani y Oria, que están en el cuadro final de Barcelona. Estamos a buen nivel. Tarde o temprano tendremos la posibilidad de conseguirlo. De momento estamos un pelín lejos de ese nivel, pero entrenamos para poder llegar.

Cuando «colgó la raqueta» en octubre de 2012 declaró que el tenis es un deporte de perdedores...

Hay que explicar bien esa frase. Es un deporte de perdedores porque la mayoría de jugadores del circuito nunca ganan un torneo. Puedes estar quince años jugando y no ganar un solo torneo, con lo cual pierdes todas las semanas. Es una frase que dijo [John] McEnroe en su día y que yo comparto en este sentido que le doy ahora. Yo jugué 15 años y gané 16 títulos. El resto de las semanas de torneos, perdí.

¿Cuál fue su gran momento? ¿El título de Roland Garros y el número uno en 2003 o alguna de sus tres copas Davis?

Tres momentos: la Copa Davis, conseguir un Grand Slam y ser número uno. Ser número uno es la consecuencia de jugar bien durante mucho tiempo, durante todo un año, y también de ganar un Grand Slam para conseguir todos esos puntos. Pondría en primer lugar la Davis [2000] porque fue un momento muy especial y me dio mucha experiencia para disputar partidos con exigencia y presión.

¿Ve muchos cambios entre el tenis actual y el de su época?

No. Jugué con tenistas muy rápidos como Ivanisevic, que sacaba muy fuerte; contra Agassi, que es de los que más fuerte le han pegado a la pelota; con Federer, Djokovic, con Santoro, que era todo lo contrario... Tal vez ahora hay muchos más jugadores que juegan a destruir en lugar de construir. Tienen mucha potencia y prefieren los puntos cortos y antes era menos frecuente. Sí han cambiado las superficies. Antes eran muy diferentes de un torneo a otro y ahora tienden a uniformarse en cuanto a la velocidad de la bola.