El Atlético de Madrid regresará el próximo 28 de mayo a una final de la Liga de Campeones dos años después, con Diego Simeone, Jan Oblak, Saúl Ñíguez, Antoine Griezmann o Fernando Torres como protagonistas principales y con su fútbol colectivo, su capacidad de sufrimiento, su competitividad, su sistema defensivo y su eficacia ofensiva como cualidades indispensables para tal gesta.

Un equipo

El conjunto como prioridad para potenciar las individualidades. Es una característica innegociable en el Atlético, con ese sentido colectivo del juego para moverse como un bloque, sin fisuras, para atacar y defender, ha doblegado al PSV, al Barcelona y al Bayern camino de la final. Es su cualidad más sobresaliente. Y requiere muchísimo trabajo y dedicación. Cada verano, cuando comienza su preparación, Simeone dedica horas y horas en los entrenamientos para afinar todo ese funcionamiento. «Tiene que ser todo un bloque. El primero se mueve y que los otros diez se muevan como el primero», exclama el técnico argentino cada pretemporada.

Sistema defensivo

Nadie defiende tan bien como el Atlético en esta temporada. Sólo ha recibido seis goles en sus 12 duelos de este curso en la Liga de Campeones, de los que ha dejado su portería a cero en ocho de ellos y sólo tres rivales le han marcado algún tanto: el Benfica, tres; el Barcelona, dos; y el Bayern Múnich, uno. Su rendimiento en ese aspecto, cuando su adversario le empuja hacia su área, asombra día a día a Europa. Su sistema de ayudas y coberturas, su solidaridad, su intensidad, su contundencia y sobre todo su destreza táctica y su inteligencia para ocupar los espacios en defensa hacen del Atlético una roca para sus oponentes.

Capacidad de sufrimiento

Desde su insistencia y su capacidad para sufrir, por momentos conmovedora, ha construido también su pase a la final de Milán, con instantes de supervivencia decisivos en sus tres eliminatorias tras la fase de grupos, las tres solucionadas por detalles y con sobresaltos. Así, en las semifinales, cuando contuvo el asedio del Bayern en el segundo tiempo de la ida y en los 90 minutos del choque de vuelta; en cuartos contra el Barça, cuando salió vivo con 10 del Camp Nou y resistió en el Calderón; y en octavos con el PSV, al que doblegó en la tanda de penaltis.

Competitividad

Es la principal seña de identidad del Atlético desde hace más de cuatro años, desde que Simeone aterrizó en su banquillo en diciembre de 2011. Nadie puede correr más que el conjunto rojiblanco, superior a sus adversarios en kilómetros recorridos en cada duelo de esta Liga de Campeones, en la que tiene el récord de distancia cubierta: 158.742 metros frente al PSV. Su intensidad y presión son fundamentales para el Atlético. En el único partido de esta temporada entre Liga y Liga de Campeones que corrió menos que su adversario, en la decimosexta jornada frente al Málaga, fue derrotado por 1-0. En el resto de duelos, siempre ha recorrido más kilómetros que cada uno de sus contrincantes.

Eficacia ofensiva

El Atlético ha recuperado su pegada en ataque en el tramo definitivo del curso. Después de momentos de dudas ofensivas a lo largo de la temporada, el conjunto rojiblanco ha desatado su versión más productiva y eficaz en ataque desde los goles de Griezmann y Torres y los pases de Koke. En el global de la eliminatoria con el Bayern, el Atlético sólo ha necesitado nueve disparos entre los tres palos para marcar dos goles; en cuartos de final, contra el Barça, anotó tres tantos en ocho lanzamientos a la portería de Ter Stegen.

Diego Simeone

Ha cambiado el Atlético en cuatro años y medio. Junto a su cuerpo técnico asumió el banquillo de un equipo recién eliminado de la Copa del Rey por el Albacete, por entonces en Segunda B, y décimo en la Liga, con 19 puntos en 16 jornadas, y lo ha hecho un conjunto con mayúsculas, campeón, ganador y temible. Un bloque competitivo en la máxima expresión de esa cualidad, con una concienzuda preparación de cada partido y planteamiento, con sus dotes de motivación, su capacidad para leer los encuentros, su variedad táctica, su liderazgo, su dirección desde el banquillo... Ha ganado cinco títulos y ha llegado a dos finales de la Champions.

Jan Oblak

Hoy es el héroe del Atlético, el muro que no pudo derribar el Bayern en el encuentro de vuelta. Sus 10 paradas, algunas decisivas, como el penalti que detuvo a Müller con 1-0 en el marcador o la parada a Alaba en el tramo final, con 2-1, han provocado el pase a la final. Pero no sólo son sus magníficas intervenciones puntuales -este martes hizo 10 paradas, un récord en la actual edición del torneo-, sino también la seguridad que transmite en cada acción, en cada salida que afronta siempre con anticipación e intuición. Ningún reto le supera al guardameta, esencial para el Atlético.

Antoine Griezmann

Es el máximo goleador de su equipo en esta temporada, con 31 tantos, y concretamente en esta edición de la Champions, con siete goles en 12 partidos, el último el 1-1 imprescindible con el que cambió la preocupante inercia del duelo en Múnich, el contragolpe con el que le clasificó para la final. Otro momento incontestable del atacante, que ya fue el único goleador en el partido de vuelta de los cuartos de final contra el Barça en el Calderón, con un doblete, y que anotó otras cuatro dianas en la primera fase del torneo, todas al Galatasaray para sendas victorias por 2-0 frente al conjunto turco.

Saúl Ñíguez

Su descomunal salto en esta temporada también se ha sentido en la Champions, en la que ha sido determinante. Desde la fase de grupos, cuando abrió de tacón la goleada ante el Astana (4-0) y cuando anotó uno de los tantos del Atlético contra el Benfica en la última jornada, sin el que la primera posición del cuarteto habría sido imposible. Y, sobre todo, ha sido clave en las semifinales en el Calderón, donde dio una ventaja básica a su equipo para la visita posterior a Múnich, con aquel golazo que recorrió todo el fútbol europeo, en el que desbordó a cuatro rivales, primero a Thiago, después a Xabi Alonso, Bernat y Alaba, y batió al portero Neuer.

Fernando Torres

Ya no hay duda de la pareja titular en ataque del Atlético, desde hace un mes y medio. Son Griezmann y Torres, que con continuidad en el once también es esencial. Su gol en el Camp Nou, en la ida de los cuartos, en la que pasó después la peor noche de su carrera por una expulsión discutible, y su asistencia este martes en el contragolpe que culminó Griezmann, hablan por sí solos de su transcendencia y rendimiento actual.