Varios Ayuntamientos de la provincia están estudiando la posibilidad de impulsar la práctica del ciclismo u otros deportes como el skate mediante la instalación de pistas de pumptrack. Esta actividad se desarrolla en un circuito cerrado, con numerosas curvas y una superficie ondulada construida con asfalto, lo que prácticamente elimina el mantenimiento de la pista. Los giros están peraltados para que no se pierda velocidad, de modo que los expertos no necesitan detenerse en ningún momento.

Christian Tidow, residente en San Vicente, es la única persona certificada por la Federación Española de Ciclismo para la construcción de pistas de BMX, y es quien está presentando estos proyectos. Las pistas de pumptrack, pese a estar inicialmente concebidos para bicicletas, son perfectamente aptas para patines o skates.

El asfalto que se emplea en las pistas es un aglomerado tipo D-8 con un espesor medio de 7 centímetros. El proceso para elaborarlo y compactarlo se realiza de manera artesanal. Las instalaciones suelen estar señalizadas con flechas pintadas en el suelo que determinan el sentido en el que se circula.

En función del diseño que se escoja, se pueden crear circuitos de dificultad variable, lo que también repercute en el tiempo total de las obras y en el precio final del proyecto del circuito. Según Tidow, una versión infantil tendría un presupuesto de entre 12.000 y 15.000 euros, con el que se crearía una pista de unos 200 metros cuadrados en un tiempo aproximado de una semana. Una de dificultad intermedia tendría un tamaño bastante mayor, de unos 2.500 metros cuadrados, lo que requeriría una inversión de entre 30.000 y 40.000 euros y unas obras que se prolongarían unas tres semanas. Por último, una pista «multinivel», que incluiría varias dificultades, necesitaría un espacio aún más grande, de unos 4.500 metros cuadrados, implicando dos meses de trabajos con un precio estimado de entre 60.000 y 100.000 euros.

La única pista de pumptrack asfaltada que existe actualmente en España está en Torrelodones, y ha sido un auténtico éxito, con gran cantidad de usuarios queriendo emplear el circuito. Aunque sí que hay pistas moduladas transportables, el asfaltado tiene varias características que lo hacen muy apetecible para instalaciones permanentes, siendo las principales la prácticamente nula necesidad de mantenimiento y la alta resistencia al vandalismo.

Tidow destacaba dos aspectos que él considera clave para explicar el éxito de la instalación madrileña: en primer lugar, que es algo realmente divertido, y en segundo lugar que si el circuito tiene un terreno suave alrededor del circuito (como caucho o césped artificial) es una actividad muy apta para niños pequeños.