Los jugadores del Lleida Esportiu acusaron ayer a la directiva del club y a su presidente, Albert Esteve, de varios impagos a la mayor parte de los jugadores del primer equipo, así como de chantaje y de incomunicación con ellos, y pidieron una solución inmediata al conflicto, con la ayuda de la AFE, pese a que reiteraron que su compromiso deportivo sigue intacto.

En un comunicado, la plantilla del equipo ilerdense quiso dar su versión y desmentir las últimas declaraciones de Esteve. «A día de hoy hay varios casos de jugadores que han cobrado sólo una mensualidad en lo que llevamos de temporada. El grueso de la plantilla sólo ha cobrado las mensualidades de agosto, septiembre, octubre y noviembre, exceptuando algunos casos de la gente joven que alterna filial con el primer equipo que han recibido alguna cantidad más», aseguraron.

Además, los jugadores señalaron que el club no entregó los contratos firmados a varios miembros de la plantilla. «La directiva lleva meses demorando la firma pese a la insistencia de los futbolistas afectados generando con ello una situación de indefensión laboral en estos jugadores», lamentaron, pues consideran que con esta situación, además, les hacen «chantaje».

«La gota que ha colmado el vaso de la paciencia de la plantilla ha sido escuchar al presidente afirmar públicamente que para cobrar todas esas cantidades que se nos adeudan estamos obligados a firmar una serie de documentos que no ha especificado. Consideramos que la firma de cualquier cosa que no sean nuestras nóminas o cartas de pago constituye un chantaje inadmisible que no estamos dispuestos a tolerar», cargaron contra Esteve.

También denunciaron que se han producido «en reiteradas ocasiones» entregas por parte de la directiva del club de pagarés bancarios sin fondos que han sido devueltos por los bancos, y que el director deportivo Jordi Esteve y la coordinadora de área Montse Balaguer han ido cortando los canales de comunicación con los futbolistas del Lleida ante sus quejas.

«Los reiterados impagos y excusas por parte de los directivos del Lleida nos hacen pensar que lo único que pretende el club es tomarnos el pelo», lamentaron.