En apenas ocho minutos de juego, el futbolista del Almoradí Kike Granados realizó una de las imágenes más insólitas que se recuerdan en El Pla de Villajoyosa e incluso en esta competición. El jugador agredió al colegiado con la cabeza tras mostrarle la segunda tarjeta amarilla en una acción del juego polémica y que le puede suponer al veterano jugador una sanción severa. Todas las fuentes consultadas coinciden en que el futbolista almoradidense sufrió una falta pero, al parecer, el colegiado lo entendió como una pérdida de tiempo.

Kike Granados, que en toda su carrera deportiva desde los 18 años hasta los 33 actuales, solo había sufrido tres o cuatro expulsiones, actuó de forma descontrolada fruto de la impotencia y de la frustración, según relató el propio jugador a este medio.

Granados reconoce que el cabezazo al árbitro Morales Lorente se debió a que minutos antes sufrió golpes en varias acciones y que, además, un jugador local cayó sobre su rodilla izquierda, lo que le impidió movilizarse y seguir en el terreno de juego.

El jugador necesitó atención sanitaria pero el árbitro le pidió que abandonara y según éste con un tono agresivo, explica el jugador que en la tarde de ayer tuvo que acercarse a los servicios médicos para que le trataran de los golpes recibidos en el partido disputado el sábado.

En el momento en que el jugador recibió la atención del sanitario del equipo fue cuando perdió los papeles e insultó al colegiado: «el gilipollas éste me ha hecho salirme y no puedo moverme».

El árbitro escuchó estas palabras, se acercó a Kike Granados y le mostró la segunda tarjeta amarilla. Y cuando le mostraba la tarjeta roja Granados no pudo controlar sus nervios y le propinó un cabezazo que fue visto por aficionados, directivos de ambos equipos y jugadores.

Además, el exjugador del Torrellano, Cartagena, Orihuela, Villajoyosa y Mazarrón reconoce que le dijo «cara dura por expulsar a una persona lesionada».

El jugador entendió que el colegiado debió, primero, verificar que se hallaba lesionado e inmovilizado por unas heridas que en el día de ayer domingo le obligaron a visitar el Hospital IMED, y después valorar si realmente se trataba de una pérdida de tiempo.

Aunque las versiones son contradictorias, ya que el futbolista negaba ayer el golpe al considerar que solo le empujó con la cabeza, las imágenes muestran una agresión que dejó al colegiado aturdido por el impacto.