En la tarde de ayer domingo, el jugador se mostraba arrepentido de lo sucedido. «Fue un acto fruto de la frustración e impotencia que sentí al notar que estaba lesionado (posiblemente de gravedad) y que el árbitro no actuó en consecuencia». Además, Kike Granados, que siempre ha tenido un comportamiento ejemplar en los terrenos de juego, considera que el árbitro «debería pagar igual que yo el error, porque lo primero es la integridad del futbolista y después todo lo demás». En 15 años de carrera es la primera vez «que veo algo así y por supuesto la primera y última que yo reaccionaré así».

Kike Granados es consciente de la gravedad de la situación pero también espera comprensión por parte del Comité Federativo que este miércoles valorará lo reflejado por el colegiado en el acta del partido.